El hospital se traslada a casa
Un anciano operado de rotura de fémur en el hospital Valle de Hebrón de Barcelona ya no tiene que estar 30 días en el hospital; a los 15 se traslada a su casa y allí un fisioterapeuta del propio hospital le ayuda a hacer ejercicios hasta que se recupere. Tampoco algunos bebés de bajo peso que nacen en el Hospital Doce de Octubre de Madrid deben permanecer ingresados. Un médico o una enfermera les visitan en su domicilio hasta darles el alta. Son algunos de los ejemplos de asistencia sanitaria a domicilio, una fórmula que busca conjugar el bienestar del paciente con un mejor uso de los recursos hospitalarios.A las 10.15 horas del pasado viernes, Isabel y Ana, dos enfermeras del Hospital 12 de Octubre, subían al primer piso de la calle de San David de Madrid. Allí estaba Raquel con sus dos hijas gemelas de 16 días, Marta y Ana. La primera nació baja de peso, pero la dejaron ir a casa. "¿Algún problema?", pregunta una de las enfermeras, mientras mira la respiración y el ombligo a la niña. "Me preocupan las legañas", dice la madre. Isabel y Ana la tranquilizan: "Es muy típico en los niños prematuros la obstrucción del lagrimal. Conviene lavarle el ojito y darle pequeños masajes". A las familias se les entrega un pesabebés para controlar rigurosamente los gramos que van ganando.
Para Raquel la experiencia es muy positiva. Tiene otros dos hijos y con la mayor vivió el mismo problema. "En aquella ocasión la tuve en una clínica privada y no me la dieron hasta los 20 días. Es muy frustante que no puedas tener a tu hijo en casa sólo porque esté falto de peso", dice. María José Martín, médico responsable de la unidad de asistencia domiciliaria de neonatología de este hospital, tiene claras las ventajas del sistema: "Hemos visto que los niños que están en casa ganan más peso que los que están hospitalizados y es importante establecer el contacto entre hijo y padres lo antes posible. Tampoco hay que olvidar que el hospital es un medio hostil donde hay más riesgo de infecciones y que la estancia hospitalaria es muy cara".
Esta unidad atiende también en casa a niños con problemas respiratorios o sociales, con sida, así como aquéllos que han sufrido episodios de apnea graves o los que tienen antecedentes de muerte súbita en los hermanos.
En España son ya bastantes los hospitales que tienen creadas unidades de hospitalización domiciliaria. "Hay que buscar que el paciente esté lo menos posible en el hospital. Son enfermos que no pueden ser dados de alta, pero que tampoco pueden quedar en manos de su familia. Nosotros hacemos una labor de apoyo y el enfermo se siente mucho más confortable", explica José Antonio González, director gerente del Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla.
Intimidados
En el Hospital de Cruces, en Bilbao, se hace el seguimiento de personas recién operadas, enfermos crónicos (con cánceres en fase terminal, por ejemplo) y con sida. "Esta es la última patología que ha engrosado la lista de pacientes porque al principio la enfermedad era poco conocida", señala María Dolores de Damborenea, jefa de este servicio. "Jugamos en su terreno. En el hospital están más intimidados, pero en sus casas es el equipo sanitario el intruso", continúa.
En los hogares ponen ciclos de quimioterapia, tratamientos intravenosos, nutrición, artificial, estudios diagnósticos..., cosas que hasta hace unos años sólo se podía hacer en un hospital. "Entre un 80% y un 90% de enfermos terminales se mueren ya en casa", recuerda Juan San Martín, del Hospital Juan Canalejo, de La Coruña. En lo que coinciden todos los especialistas es en que es más propio hablar de pacientes susceptibles de hopitalización domiciliaria que de patologías susceptibles. "Es fundamental la colaboración de la familia y del paciente", señala Carlos García, responsable de la unidad del Hospital General Yagüe (Burgos).
Colaboración privada
La sanidad en Europa es mayoritariamente pública. Por eso, salvo en Francia, no hay demasiados ejemplos de hospitalización a domicilio hechos con medios privados. En España son los propios hospitales quienes crean sus unidades para atender a los pacientes en determinadas patologías, antes de derivarlos al equipo de atención primaria.El Insalud sí ha puesto en manos de empresas privadas servicios relacionados con las insuficiencias respiratorias, como la oxigenoterapia, algunas formas específicas de administración de medicamentos (aerosolterapia) o el tratamiento del síndrome de apnea del sueño.
Este año como novedad se han concertado la ventilación mecánica (sustituta del pulmón de acero) y la diálisis peritoneal domiciliaria. "La ventilación [con respiradores] permite hacer en casa, con un mínimo de adiestramiento de la familia, algo que se tenía que hacer hasta ahora en la UVI o en la habitación de un hospital", cuenta Fernando Largo, subdirector de contratación de recursos sanitarios del Insalud. El ahorro, reconoce, es claro: "un enfermo con ventilación mecánica en casa cuesta 800.000 pesetas, frente los 10 millones que supone en una habitación y los. 50 en una UVI".
En opinión de Largo, hay cuatro o cinco grandes empresas en España preparadas para dar estos servicios. "La participación privada. permitiría aumentar el número de pacientes que pueden tratarse en casa, porque el hospital tiene un límite de personal y presupuestarlo , según José Ignacio Quintana, responsable de la división médica domiciliaria de Carburos Metálicos, quien insiste en que "hay que contrastar la fiabilidad de estas empresas".
Sin embargo, y pese a que cada vez son más las unidades de este tipo, el problema, según San Martín, está en la falta de definición del Ministerio de Sanidad sobre dónde tiene que ubicarse la hospitalización domiciliaria: en la atención primaria o en la hospitalaria. "Los hospitales que dependen del Insalud son los que menos unidades tienen. Pero al sistema no le queda más remedio que ofertar cuidados a domicilio porque los hospitales grandes tienden a achicarse", añade San Martín.
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