La cita electrónica
Soy una asidua usuaria de las instalaciones municipales de deporte de Chamartín sitas en la calle de Pío XII. Este mes de octubre, como, el año pasado, decidí inscribirme en las clases de natación que allí se imparten, sin demasiado éxito por, el momento. Ahora, las oficinas disponen de un sistema electrónico de numeración que pretende facilitar el acceso a ventanilla a los usuarios; nada más lejos de la realidad. El invento, en este caso, resulta desastroso.La demanda de clases a las diversas actividades deportivas que existen en este centro es, lógicamente, muy alta, por lo que el aparatito en cuestión expide números que superan en centenares a aquel que se presenta en el monitor luminoso (que, para mayor despiste, sólo emite números de dos dígitos). Averiguar la hora, e incluso el día, de tu turno resulta en estos casos propio de futurólogos. En definitiva, que no dispones de horas y horas para malgastar en los aledaños de esas instalaciones o te arriesgas a perder sucesivos turnos y, por consiguiente, tu paciencia, y eso sin tener en cuenta que lo más probable es que, en el inverosímil caso de lograr acceder a ventanilla, el horario de clases deseado se encuentre ya cubierto.
El problema se podría solucionar si se realizara un cálculo aproximado de las personas que pueden ser atendidas en una hora y se entregaran a los usuarios sus correspondientes números de turno con la hora y fecha aproximada de la cita en ventanilla. De esta forma se podría atender a aquellos usuarios que quieran realizar alguna consulta, a la vez que posibilitaría publicar en el tablón de anuncios las plazas disponibles de forma periódica. El sistema es más racional y evitaría disgustos y cabreos tanto a los usuarios como al personal de las instalaciones.-
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