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La policía austriaca impide el choque entre neonazis y antifascistas en Innsbruck

Un millar de policías, apoyados por unidades antiterroristas y tanquetas, lograron evitar ayer una noche de violencia en Innsbruck, la capital de Tirol, entre unos 1.500 neonazis procedentes de Alemania, Italia y Austria y manifestantes antifascistas. Los extremistas pangermánicos de la corporación de estudiantes Brixia se reunieron para conmemorar la división de la provincia de Tirol entre Austria e Italia y exigir su reunificación.Por la tarde, unas 3.500 personas llegadas de todo el país desfilaron en contra del nacionalismo alemán. La contramanifestación fue controlada a su paso por el centro de la ciudad por fuerzas policiales, que les confiscaron granadas de mano y cócteles mólotov. Otra marcha de protesta contra los neonazis, que estaba programada para la noche de ayer, fue suspendida a última hora para "evitar la violencia", según los organizadores.

A pesar de que todo el espectro político austriaco -con excepción del ultraderechista Partido Liberal (FPOE)- había condenado la reunión neofascista, la policía local la autorizó y permitió la utilización de la sala de congresos de Innsbruck.

Brixia, una organización universitaria formada exclusivamente por hombres y dedicada a pregonar el pangermanismo y el antisemitismo, basa su actuación en la trilogía del uniforme, la jerarquía y el sable. En la sala de congresos -donde cantaron el himno nacional alemán, incluyendo estrofas de la época nazi ahora prohibidas- los jóvenes se dedicaron a beber cerveza y a marchar con uniformes de fantasía, con los colores de la bandera alemana: amarillo, rojo y negro. Entre gritos marciales, desenfundaron al unísono sus sables y mostraron orgullosos sus cicatrices, fruto de sus tradicionales duelos de esgrima y, para ellos, todo un símbolo de virilidad. La policía acordonó el edificio y prohibió el paso a un grupo de estudiantes. que protestaban en el exterior.

Apoyo liberal

El único partido austriaco que se solidarizó con la reunión ultra fue el FPOE. Dos de sus funcionarios se presentaron anoche como oradores en el acto. Walter Meischberger, portavoz del FPOE para la cuestión de Tirol del Sur (en Italia), aseguró que el encuentro era "una necesidad democrática" y tildó a los contramanifestantes de "histéricos, caóticos e izquierdistas".Las medidas policiales apuntaron más a la represión de los manifestantes antifascistas convocados por organizaciones estudiantiles de todo el país y las organizaciones juveniles de los partidos políticos opuestos a la reunión neonazi. La policía austriaca intensificó los controles en las fronteras con Alemania e Italia, prohibió la entrada al país a un número no revelado de "conocidos extremistas de izquierda", y detuvo a numerosos vehículos en las autopistas.

Decenas de corporaciones estudiantiles de Austria y Alemania mantienen viva una tradición que se remonta a la Edad Media, con ideologías que hoy van desde la extrema derecha pangermánica hasta los católicos conservadores. Los jóvenes de Brixia, considerados como los más peligrosos, pretendían asistir ayer a una misa en una iglesia de la capital de Tirol, pero el párroco se negó a oficiarla e impidió acceder al templo a los "nacionalistas alemanes".

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