La luz se apaga a diario en todo el noroeste de la región
Los vecinos del noroeste de la Comunidad tienen siempre velas a mano, y, al paso que va el suministro de energía eléctrica, deberán echar mano del carburo. El pasado domingo, la mayoría de los residentes en esta zona y quienes allí se desplazan los fines de semana comieron con dificultades. El fluido eléctrico permaneció cortado más de una hora, justo en los momentos previos a la preparación del menú.El prolongado corte se produjo por derivación de una avería en unas instalaciones de Agromán en Pozuelo, según José de Lucas, jefe del distrito centro de la compañía Iberdrola. No se trata de un hecho aislado. La luz se va prácticamente cada día.
"¡Estoy harta de tener que actualizar la programadora de riego", dice una vecina de Aravaca. Un residente en El Plantío que se levanta cada día con el aviso de una cafetera-despertador se ve obligado a utilizar viejos relojes mecánicos, dadas las escasas garantías del fluido eléctrico.
Los contestadores de teléfono se paran, los alimentos se descongelan, las plantas se quedan sin riego, la calefacción se desprograma, los terminales informáticos se bloquean... La lista de quebrantos en los hogares por los pequeños cortes casi diarios del servicio eléctrico es larga, pero las quejas de los usuarios particulares apenas tienen eco.
"A nosotros sólo nos avisan cuando repercute en servicios públicos", dice una portavoz de Industria de la Comunidad. "Es cierto", reconoce un alto ejecutivo de Red Eléctrica de España, la empresa estatal que transporta la electricidad en alta tensión. "Las compañías reaccionan cuando la queja proviene del gobernador civil o los ayuntamientos; a los particulares no les hacen ni caso", añade.
José de Lucas admite estos fallos y los atribuye al crecimiento espectacular del urbanismo en el noroeste de Madrid y a las demoras de las autorizaciones municipales para instalar subestaciones: "En Las Rozas hemos tenido en diez años tres emplazamientos diferentes; en Navalagamella hemos soportado serias dificultades para instalar otra". De Lucas también echa la culpa a agentes externos, como las tormentas, árboles, pájaros, las obras públicas y los cazadores que se entretienen lanzando sus últimos cartuchos contra las carcasas de los postes.
Las dos subestaciones mencionadas entrarán en servicio, previsiblemente, a finales de año o comienzos de 1995. Hasta entonces las velas seguirán siendo un recurso de primer orden.
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