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UN EX BANQUERO, ANTE EL JUEZ

Banesto se comprometió con Pueyo a recomprar el 1,5% del banco y anticipó pagos por 5.664 millones

ERNESTO EKAIZER El pacto de recompra entre Banesto y el grupo de empresas de Pedro Pueyo por el que el banco volvería a adquirir el 1,5% de su capital al cabo de dos años a un precio fijo de 7.553 millones se formalizó el 26 de julio de 1990. A continuación, la comisión ejecutiva fue aprobando avales y créditos para anticipar liquidez a Pueyo hasta 5.800 millones a cuenta de la cantidad final. Al vencer el compromiso, Conde y Pueyo decidieron formalizar la operación con la compra de Kerino, propiedad de Pueyo, para disfrazar pérdidas de 4.200 millones derivadas del pacto de recompra.

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El 1,5% permaneció en manos de Pueyo con los derechos políticos cedidos a Mario Conde. El pacto de recompra (a 5. 100 pesetas la acción) fue confeccionado en regla el 26 de julio de 1990 El contrato entre las sociedades de Oasis-Pueyo-Kielsestein -Inversiones Azul Real Inc. y Calgary Investments Ltd- y Banesto, el banco señala: "Nos comprometemos a adquirir, para su transmisión a terceros, o a hacer que un tercero adquiera, dichas acciones con anterioridad al día 26 de julio de 1992 al precio de 5.100 pesetas por acción; esto es, por un valor de intercambio de pesetas convertibles 7.553.319.300 millones, a pagar en Jersey y libre de gastos para ustedes y Vds., reciprocamente, se comprometen a vender dicho paquete de acciones al precio citado. Queda claro que el compromiso mencionado se refiere al 1,50% del total del capital del banco, de manera que si con anterioridad a la fecha de la adquisición se hubieran producido ampliaciones con cargo a reservas o a beneficios, el precio del 1,50% de dicho capital social, objeto de esta carta, se mantendrá en pesetas convertibles 7.553.319.300, y englobará las nuevas acciones o el mayor valor de las existentes" (véase reproducción en esta pagina).Con todo, Conde y Pueyo no sólo habían acordado un pacto en regla de compraventa del 1,5%, según se contiene en el escrito; sino que, además, Banesto empezó a drenar liquidez a Pueyo.

En el contrato citado Banesto señala: "Igualmente nos comprometemos a conceder avales o garantías bancarias hasta un importe de 5.664.989.475 pesetas por cuenta de cualquier persona o entidad que designe Calgary Investments, sujeto a la recepción de escrito suscrito por los representantes de Azul Real Inc., cediéndonos en garantía los derechos de cobro del precio de las acciones objeto de esta carta, y correspondientes al número de acciones que, a razón de 5.100 pesetas/acción representen el 133,33% del aval que se emita. En contraprestación a la obligación que aquí asumimos, Vds. se obligan a: a) otorgarla representación de las acciones objeto de este documento, D. Mario Conde Conde, en tanto se mantenga en el cargo de presidente del Banesto, y b) no pignorar, trasladar el depósito ni enajenar las acciones del presente compromiso".

Los avales de Banesto, fueron concedidos el 7 de agosto de 1990 (11 millones de dólares), el 28 de agosto de 1990 (10,3 millones de dólares), el 10 de diciembre de 1990 (11 millones de dólares (4.010 millones de pesetas) y otros hasta los 5.664 millones. La comisión ejecutiva, según acta del 10 de julio de 1990, no había sido informada del pacto de recompra. Sin embargo, aprobó en cada una de las ocasiones los avales y créditos destinados a Pueyo: "Líneas de avales de 5.800 millones según el acuerdo de accionistas entre Kielsestein y Banesto Industrial Investments".Garantías

Los citados avales fueron utilizados como garantía de créditos concedidos más tarde por Banesto, también aprobados en comisión ejecutiva. Todos los créditos (unos 5.800 millones) se consolidarán más tarde y se renegociarán con un nuevo préstamo de 73 millones de dólares a Kielsestein, tras diseñarse la venta de Gescam (sociedad que poseía la sede del banco en Castellana 7 y otros edificios de Madrid). Está compraventa. se formalizó en marzo de 1992, pero había permitido lucir al banco una plusvalía ficticia de 8.100 millones en 1991.

El espíritu y los compromisos del pacto del 26 de julio de 1990 se cumplieron incluso anticipadamente. Al vencimiento, en julio de 1992, Banesto solicitó tres meses para disfrazar la operación: en lugar de cambiar la titularidad del 1,5% éste quedó en manos de Pueyo, quien vendía, en lugar de las acciones, el 50% de su sociedad, Kerino, a Banesto... también con pacto de recompra a siete años.

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