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UN EX BANQUERO, ANTE EL JUEZ

La compleja 'trama Kerino'

La trama Kerino es la guinda del complejo entramado que rodea al pacto de recompra del 1,5% de Banesto acordado entre Pedro Pueyo y Mario Conde. Esta singular operación, una muestra más del uso de la ingeniería financiera y de los artificios contables, fue aprobada por el comité de dirección de Banesto el 30 de noviembre de 1992. Dicha sesión estuvo presidida por Mario Conde y a ella asistió el por entonces consejero delegado de la entidad, Juan Belloso.El origen de la trama Kerino hay que buscarlo en julio de 1990. El día 26 se formalizó el pacto de recompra Conde-Pueyo sobre el 1,5% de Banesto. En ese acuerdo se fijó un plazo de dos años para que el paquete adquirido por Pueyo volviera a manos de Banesto. Realizar la operación tal cual se contemplaba originalmente suponía engrosar la autocartera de la entidad y hubiera obligado a contabilizar unas pérdidas de unos 4.000 o 4.200 millones por la diferencia de cotización a la baja. Para evitarlo, y proporcionar a Pueyo 7.553 millones, se decide montar una enrevesada trama de filiales, créditos y recompras:

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Banesto se comprometió con Pueyo a recomprar el 1,5% del banco y anticipó pagos por 5.664 millones

-Blueridge, una de las sociedades del grupo Pueyo-Oasis, era propietaria al 100% de Kerino, empresa sobre la que se decide montar toda la operación. Dos aviones Airbus eran el único activo de Kerino.

-Banesto decidió comprar el 50% de Kerino, pero no directamente, sino a través de Kayenta, filial de Brightsun. Ésta es, precisamente, la sociedad que actúa de tenedora del 50% del grupo Oasis que pertenece a Banesto.

-La adquisición del 50% de Kerino, por 7.553 millones, se efectuó con financiación de Banesto. El acuerdo de compraventa se firmó el 2 de noviembre de 1992.

-Tres días después, Blueridge firmó una opción de compra del 50% de Kerino por siete años, a un precio de 3.400 millones de pesetas. Es decir, que el sobreprecio pactado coincidía con el quebranto que hubiera supuesto para Banesto cumplir el pacto de recompra según las cláusulas del 26 de julio de 1990; esto es, unas pérdidas de casi 4.200 millones. Por tanto, Kerino se adquiere por más del doble de su valor para amortizar las pérdidas en siete años, según explicaron Javier Abad y Juan Belloso, respectivamente, en el Congreso de Diputados.

-El 30 de noviembre de 1992, según se ha apuntado, el comité de dirección de Banesto aprobó la operación. El comité estaba presidido por Mario Conde. Belloso ya había presentado la dimisión como consejero delegado del banco, pues el 1 de enero de 1993 fue sustituido por Enrique Lasarte, nombrado con anterioridad.

-Una de las peculiaridades de la operación Kerino fue que se acordó que el 1,5% objeto del pacto de recompra entre Conde y Pueyo permanezca en un sociedad denominada Azul Real, propiedad de Pueyo. Ello demuestra, según el análisis que efectúan fuentes conocedoras de la operación, que toda la trama Kerino es un intento de evitar autocartera y de compensar al grupo Oasis-Pueyo por mantener el 1,5% de Banesto en su órbita. Una versión que se refuerza si se observa que los derechos políticos del paquete de Pueyo se mantenían en poder de Conde.

-La adquisición de la opción de recompra, el 1 de diciembre de 1992, por parte de Blueridge cierra el círculo de la operación Kerino.

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