La Comunidad aprobó ayer la oficina de promoción del cine
Rodar en Madrid ha dejado de ser un infierno burocrático. El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó ayer la creación de la oficina de promoción del cine para fortalecer la industria en la región.El consejero de Educación y Cultura, Jaime Lissavetzky, mostró ayer su preocupación por "la escapada" de directores españoles a Portugal o a algunos países del Este europeo porque rodar resulta más rentable que en Madrid.
"Un primer paso para recuperar el cine madrileño es facilitar su rodaje", señaló. "Soy partidario de la exención de tasas de ocupación de vía pública para los rodajes cinematográficos, así como de la inmediata creación de una ventanilla única en la Comunidad que tramite y gestione las licencias", añadió.
Hasta ahora, las tasas impuestas por el Ayuntamiento de Madrid estaban fijadas en 801 pesetas por metro lineal cada 10 días. La principal queja de los productores se centraba en las dificultades para obtener los permisos de rodaje en las distintas juntas municipales de la capital.
La nueva oficina del cine se propone zanjar. estos obstáculos: "Es un disparate que actualmente para rodar sean necesarias las licencias de cada una de las juntas de distrito en donde se rueda un mismo filme. Esto retrasa y hace muy engorroso todo el proceso, que acaba desesperando a nuestros productores", afirmó. La consejería ha solicitado una reunión con el Ayuntamiento para coordinar estas iniciativas:
La ley, aprobada por unanimidad en la Asamblea en junio pasado, es una medida que las asociaciones de productores de cine venían reclamando desde hacía varios años.
Se trata de una de las primeras medidas recogidas en el Libro Blanco de la Cultura, presentado en septiembre pasado, que se pone en marcha. En Madrid se concentra en torno al 60% de la producción audiovisual del país y representa unos 16.000 puestos de trabajo. "La movilización podría situarse en aproximadamente unos 300.000 millones de pesetas, un 3% del Producto Interior Bruto madrileño", declaró Lissavetzky.
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