Marea verde en el mapa electoral alemán

El partido ecopacifista alemán Los Verdes cuenta con muchas posibilidades, según los últimos sondeos, de entrar con un porcentaje de entre un 7% y un 8% en el futuro Parlamento Federal (Bundestag) en las elecciones federales del próximo domingo. Se muestran Los Verdes dispuestos a formar una coalición de gobierno rojiverde con los socialdemócratas (SPD). No obstante, Los Verdes exigen de su eventual socio de coalición, el SPD, que en los primeros 100 días de gobierno se dé un giro claro hacia una política ecológica con dos signos inequívocos: renuncia a la energía atómica y limitación de velocidad en las autopistas.En la larga marcha a través de las instituciones, iniciada a fines de los setenta, cuando por primera vez entraron en el Parlamento regional del Estado federado de Bremen, Los Verdes han perdido la inocencia. El camino de la vida les enseñó que la rotación en los cargos, renovación cada dos años en todos los niveles, era una estupidez que favorecía a sus enemigos políticos, porque se encontraban enfrente a gente escasa en experiencia. Se han acabado también las fenomenales disputas entre los ecologistas radicales a cualquier precio conocidos como fundis y los llamados realos, partidarios de un compromiso y entendimiento con otras fuerzas progresistas como la socialdemocracia (SPD).El actual presidente de Los Verdes, Ludger Volmer, daba sin querer ayer en Bonn, durante un almuerzo con corresponsales extranjeros, la mejor explicación de esta evolución. Según Volmer, en los inicios votaron a Los Verdes sectores intelectuales, muchos estudiantes y jóvenes, que hoy día se han convertido en jueces, profesores de instituto o funcionarios del Estado. La nueva clientela de Los Verdes la define Volmer como "sectores de clases medias con valores posmaterialistas, que no son yuppies, ni están dispuestos a imponerse a: base de codos y desean vivir de forma ecológica".

'Método de la cebolla'

La base electoral de Los Verdes estima Volmer que no llega más allá del 3%, pero el partido tiene una capacidad de atraer hasta un 10% en el ámbito federal, a base de lo que define como método de la cebolla, que consiste en atraer poco a poco capas sucesivas, para aumentar así su caudal de votos.

Todos los sondeos les conceden a Los Verdes un porcentaje que oscila entre el 7% y el 8%, pero este partido, por esos misterios de la demoscopia, a diferencia de los liberales (FDP), suele salir beneficiado en las encuestas, que le dan casi siempre porcentajes superiores a los que obtiene el día de la elección. Por eso algunos no las tienen todas consigo y Volmer comentó que firmaría ahora mismo el 8% como un buen resultado.

Hace cuatro años Los Verdes se quedaron dehecho fuera del Bundestag, porque no llegaron al 5%, pero se libraron gracias a una disposición electoral transitoria que tuvo vigencia sólo en aquella elección, la primera tras la reunificación. Para no perjudicar a los flamantes partidos surgidos en el Este, se dividió Alemania en dos zonas, este y oeste, con los nuevos y viejos estados. Para entrar en el Bundestag en 1990, bastaba con haber conseguido más de un 5% en alguna de las dos y no en todo el territorio. En el Oeste, Los Verdes llegaron a las puertas del Bundestag, porque consiguieron sólo un 4,7% de votos, con lo que casi dos millones de votantes se quedaron sin representación. La llamada

Alianza 90, que se presentaba sólo en el Este y agrupaba a diversas listas y grupos de opositores de la antigua República Democrática Alemana, consiguió superar el 5%. Esto le permitió entrar en el Bundestag con ocho diputados.

La Alianza 90, que se unió a Los Verdes, ha permitido mantener estos cuatro años una presencia parlamentaria, aunque ha trasladado a la agrupación Alianza90-Los Verdes los problemas de la división existente en las cabezas entre el Este y el Oeste. Los problemas no son como antaño entre fundis y realos, sino entre la Alianza 90 del Este y Los Verdes del Oeste. Ante la elección del domingo Los Verdes parecen consolidados en el Oeste, pero Alianza 90 se muestra como una rémora en el Este, donde los poscomunistas del Partido del Socialismo Democrático (PDS) le han arrebatado la bandera de la oposición.

Los Verdes se han pronunciado de forma inequívoca a favor de una alianza para gobernar con el SPD, aunque los socialdemócratas no se han pronunciado y parecen reservarse la posibilidad de una gran coalición con los democristianos (CDU / CSU).