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¡Taxi, siga a esa chica!

Un joven cordobés buscó durante un año a los actores de 'Días contados'

Elsa Fernández-Santos

Su imagen está íntimamente ligada a la de un tipo que persigue por calles, bares y escuelas a chicas aparentemente normales para convertirlas en estrellas. Un oficio que sólo se asocia con el cine de Hollywood, pero que ahora ha encontrado en el cine español un aliado: Paco Pino. Este cordobés de 27 años fue el hombre que durante un año buscó y seleccionó el complicado reparto de la película Días contados, que anoche se estrenó en Madrid con la presencia de todas sus nuevas estrellas.Paco Pino ha trabajado codo a codo junto al cineasta Imanol Uribe, director de la citada película, ganadora de la última Concha de Oro de San Sebastián, cuya terrible acción transcurre en los bajos fondos de la capital.

"También soy actor", dice Paco Pino, con media sonrisa, intentando explicar cómo ha llegado a esta profesión, prácticamente inexistente en el cine español. "Nadie quiere emplear el tiempo que se necesita en buscar y preparar a un actor para que dé el tipo de un personaje concreto", se queja, mientras reconoce que a él la oportunidad le ha llegado por casualidad, gracias a la confianza que en él depositó Imanol Uribe.

Pero no todo es tan casual en este cordobés de Lucena, rubio y con el pelo rapado como un colegial, que llegó a Madrid con 18 años arrastrado por su gran vocación: el teatro.

Durante dos años, Paco Pino trabajó junto a Miguel Bosé en uno de los programas de la Exposición Universal de Sevilla, un proyecto que se llamó Jóvenes valores del siglo XXI y que era un intento de mostrar por dónde caminaba el talento más escondido y joven de la danza y el teatro en España. Aquellos dos años desarrollaron el olfato de cazatalentos de este actor. "Nunca pensé que luego lo rentabilizaría de esta forma", comenta.

"En España hay miles de actores buenísimos", afirma Paco Pino de una forma tan apasionada que parece enfadado. "Sólo hay que buscarlos", asegura Pino, que ahora trabaja para Julio Medem en su próxima película, Tierra.

"Cuando encuentras a alguien no dices 'éste es', sino 'éste podría ser'. Te fijas porque tiene algo diferente que se ajusta al personaje que buscas", explica, haciendo hincapié en que su trabajo no termina cuando encuentra a los actores, sino que se prolonga hasta el final del rodaje y que esto incomoda a algunos cineastas.

Imanol Uribe acudió casi desesperado a él -"una amiga común le dijo que yo conocía a mucha gente"- El cineasta necesitaba encontrar un reparto para una película muy dura -basada en la novela homónima de Juan Madrid-, rodada en pleno centro de la capital y con personajes límite: prostitutas, yonquis y etarras.

"Una película con unos papeles así sólo se concibe en Madrid. Porque sólo en Madrid puedes cruzarte, sin saberlo, con un etarra, un pervertido o un drogadicto". "En cierta manera, el filme es un homenaje a esta ciudad como metrópoli. Nada que ver con una capital de provincia", cuenta Pino, intentando explicar por qué en el abanico de actores del filme caben desde vascos a leoneses, andaluces y castellanos.

700 actores

Paco Pino se incorporó a la película un año y dos meses antes del rodaje. Por su mano pasaron más de 700 actores, con todos mantuvo entrevistas y realizó pruebas. "Ninguno se limitó a dejar su foto". El objetivo: caras absolutamente nuevas combinadas con otras más conocidas -como Carmelo Gómez y Javier Bardem-, pero en los papeles más insospechados.Poco a poco el ramillete de intérpretas, 11 en total, que componen la película fueron surgiendo. Aunque quizá la historia más sorprendente fue la de Ruth Gabriel, la actriz que interpreta a Charo, la prostituta yonqui de la que se ena mora un etarra. La actriz, de 18 años, hija de la escritora Ana Rosetti, hizo las pruebas y Paco Pino dijo: "Es ella".

Al día siguiente, Uribe llegó eufórico a la oficina: la noche anterior había reconocido a Charo en una joven actriz que, embutida en un traje de cuero rojo, se paseaba por un bar madrileño de intelectuales trasnochados. Los dos se habían fijado en la misma mujer.

Junto a ella, el reparto de Días contados tomó forma definitiva. Se descubrió a Candela Peña, una catalana de 21 años, que otorgaría, con su desparpajo, dignidad a la otra prostituta del filme. Elvira Mínguez, una atractiva vallisoletana de 26 años, daría luz al oscuro interior de una etarra; Carmelo Gómez, un leonés con un perfil que recuerda al de Gregory Peck, sería el etarra, y Javier Bardem, transformado, a pesar de su corpulencia, en un desgarrado yonqui, y Karra Elejalde, un policía sin escrúpulos.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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