Los asesinos del secretario del PRI planeaban matar a otros dos políticos

Ya se saben los nombres de algunos integrantes de la lista negra que tenían en su poder los asesinos del secretario general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Francisco Ruiz Massieu. Según uno de los últimos detenidos, María Eugenia Ramirez Arauz, esposa del prófugo Fernando, Rodríguez González, entre los objetivos de esta banda, dirigida desde un despacho de la Cámara de Diputados, estaba el de asesinar al gobernador de Tamaulipas, Manuel Cavazos, y a la diputada federal Laura Alicia Garza Galindo.

De los interrogatorios a los detenidos se deduce que la campaña de terror tendría como fin debilitar al Gobierno, lo que permitiría, a juicio de los cerebros de esta banda, más impunidad para el narcotráfico y la paralización de las reformas políticas ya previstas. Ese era, al menos, el objetivo deseado por los asesinos con la eliminación de Ruiz Massieu, aunque ahora con la aparición de esta lista negra, de la que sólo se conocen los nombres de dos políticos de Tamaulipas, se vislumbra que también pretendían hacer el trabajo sucio al cartel del Golfo, que opera en ese Estado fronterizo.El caso Ruiz Massieu se parece cada vez más a una novela por entregas. Pero. eliminando la imaginación con las que algunos periódicos están tratando el asunto y el morbo con que la sociedad mexicana sigue el desarrollo de las investigaciones, lo más evidente es que, detrás de todo ello, hay una trama asesina que vincula a un sector de la clase política mexicana con el narcotráfico y el crimen organizado, fundamentalmente el cartel del Golfo que dirige Juan García Abrego, el zar de la cocaína.

El miércoles fue un día de mucha tensión, con rumores, inmediatamente desmentidos, de destacados miembros del Gobierno detenidos. Los judiciales, nombre por el es conoce la policía criminal mexicana, acudieron a la sede nacional del PRI y al domicilio de un alto dirigente del partido.

Muchas revelaciones

María Eugenia Ramírez Arauz es una de las trece personas hasta ahora procesadas y enviadas a prisión por su vinculación con el crimen. La declaración de la esposa de Fernando Rodríguez González, el prófugo secretario técnico de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, supone un eslabón más en esta complicada investigación. Tras revelar los nombres de los dos políticos anteriores, Ramírez Arauz, que momentos antes de su detención el martes se declaró inocente por televisión, confesó a la policía muchas cosas más.Confirmó la existencia de la lista negra, que dijo haber escuchado comentar a su marido. Sólo recordó dos nombres de ella: al gobernador Cavazos lo pretendían asesinar en marzo de 1995 y a la diputada Garza Galindo, inmediatamente después. Y reveló que el ex dirigente priísta Abraham Rubio Canales, uno de los cabecillas de la trama, puso en manos del diputado Manuel Muñoz Rocha un millón de pesos (unos 38 millones de pesetas) para las preparativos y la compra de armas del primer atentado. De ese dinero salieron los dos millones pesos que su marido distribuyó para la contratación de sicarios.

La esposa de Rodíguez González dio a conocer el nombre de otros dos parlamentarios como implicados en la operación: el ex senador Enrique Cárdenas y el diputado Manuel Garza González, ambos de Tamaulipas. Hasta ayer la policía no había tomado ninguna determinación ante la involucración de estas dos personas en la trama por parte de María Eugenia Ramírez Arauz, si bien algunos periódicos, como fue el caso de El Nacional revelaba que la Procuraduría barajaba la posibilidad de pedir el desafuero de otros dos parlamentarios.

De momento, a espera de la detención de Muñoz Rocha, que se encuentra psicológicamente cercado, y de su principal colaborador Fernando Rodríguez González, ambos prófugos, son ya once las personas que han ido a parar a prisión, entre ellos el ex dirigente priísta Rubio Canales, que cumplía condena por otro delito antes del crimen. Otros dos son los sicarios Carlos Cantú Narváez y Daniel Aguilar Treviño, autor del homicido.