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CUMBRE FINANCIERA EN MADRID

Los países ricos insisten en la reducción de los déficit para que bajen los tipos de interés

Los países industrializados no tienen ninguna duda. Hay que reducir los déficit públicos y solucionar el problema del desempleo. El empuje al alza que los. mercados están dando a los tipos de interés a largo plazo es una amenaza para el crecimiento económico, y contra ella no queda más remedio que reforzar el control fiscal. El mensaje que ayer lanzaron los países más poderosos del mundo, cada uno por su lado, no fue realmente novedoso, pero sí coincidente. Alemania, una vez más, fue el país que lo expresó con una mayor rotundidad.

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La primera jornada de la asamblea conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial fue un recordatorio de lo dicho en reuniones anteriores. Y también, como hasta ahora, fue Alemania la que llevó la voz cantante. Hans Tietmeyer, gobernador del Bundesbank, hizo gala de su claridad. "Es requisito indispensable para lograr un crecimiento sostenido reforzar el ahorro interno. Los déficits públicos son muy elevados. Son la causa de las subidas de tipos a largo plazo. Hay que reducirlos".La opinión de Tietíneyer fue la misma que la expresada poco después por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Lloyd Bentsen, y por los ministros de Economía de Francia, Italia y Reino Unido. Todos coincidieron también en la necesidad de ratificar la Ronda Uruguay del GATT y en resaltar el problema del desempleo como uno de los más acuciantes. Pero quien más hincapié hizo en promocionar el comecio fue China, cuyo viceprimer ministro, Zhu Rogjin, pidió que no haya más retraso para integrar a su país en el GATT.

Los países industrializados no mostraron ayer ninguna fisura en su concepción sobre la situación actual y las perspectivas de la economía, y sólo al tratar la polémica emisión de derechos especiales de giro (DEG, la moneda del Fondo que sirve como activo de reserva internacional) dejaron ver ciertas discrepancias. Alemania, a la que los países en desarrollo señalan como cabeza de la rebelión de los países ricos contra una emisión general de DEG, no titubeó ayer en la tribuna de la asamblea general.

Tietmeyer reafirmó que inyectar liquidez al sistema con una emisión general de DEG, no sólo no solucionaría el problema de la falta de ahorro mundial, sino que llevarían expectativas inflacionistas a los mercados. Sin embargo, sí abogó por una emisión especial de DEG destinada fundamentalmente los países del antiguo bloque soviético. Tietmeyer afirmó también que hay que clarificar el papel que cumple el DEG en el sistema financiero internacional.

Postura de Francia

Francia cree, sin embargo, que tiene el mismo de siempre, el de facilitar reservas a los países. Así, su ministro de Economía desveló ayer que hubiera preferido una emisión general de DEG. En todo caso, según Edmond Alphandéry, la propuesta del Grupo de los Siete (los siete países más ricos del mundo) es buena porque todos los países se benefician de la emisión, aunque del reparto salga más beneficiado el este de Europa. Esta oferta del G-7 rebaja los 36.000 millones de DEG (50.000 millones de dólares) pedidos por el director gerente del Fondo, Michel Camdessus, hasta 16.000 millones de DEG y establece un reparto que requiere la reforma de los estatutos del Fondo.

Las alusiones a Rusia no faltaron en los discursos de ayer. Y el más rotundo en esta ocasión fue el secretario del Tesoro norteamericano. "La situación rusa me inquieta", dijo Bentsen, "pero el éxito de sus reformas no depende ni de Estados Unidos, ni del G-7 ni del FMI, sino de Rusia. Tiene que hacer más si quiere integrarse en la economía mundial".

A este respecto, el secretario del Tesoro afirmó que era partidario de una emisión de DEG que considerara particularmente las necesidades de las economías en transición, postura que también apoya el Reino Unido. Estados Unidos dijo también ayer que debe ampliarse la línea especial de créditos que goza el este de Europa.

Los discursos de los distintos países en la asamblea del FMI reflejaron, pues, que el conflicto surgido en Madrid -la distribución y el papel que debe cumplir una nueva emisión de DEG- sigue abierto. Como también lo están las distintas concepciones sobre el futuro del FMI. Tietmeyer recordó de nuevo que el Fondo es una institución monetaria cuyo fin es promover la estabilidad del sistema internacional. "Debe resistir la tentación de asumir misiones diferentes".

El presidente del comité interino, el belga Philippe Maystad, defendió la institución. "El FMI", dijo, "no está muerto porque no haya un acuerdo sobre los derechos especiales de giro". "No hay enfrentamiento entre el norte y el sur y el DEG no ha muerto como activo de reserva".

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