Cuchillo de palo

Numerosos lectores de EL PAÍS han escrito y llamado a este departamento para reprochar dos cosas. Primera: la desaparición de los formatos habituales de suplementos especializados (cuadernillos centrales dedicados a Temas de Nuestra Época, Educación, Futuro y Deportes) y segunda: no explicar suficientemente en el propio diario el motivo de esa decisión.Quienes se quejan consideran poco clara la nota aparecida el 12 de septiembre, en la que se afirmaba que "los suplementos presentaban crecientes problemas técnicos y hacían incómodo el manejo del mismo para muchos lectores".

La noticia explicaba que Temas de Nuestra Época había sido sustituido por páginas especiales tituladas Debates en el área de Opinión, y anunciaba que la información especializada se realizaría en páginas de la sección de Sociedad de acuerdo con el siguiente calendario: Salud (lunes), Educación (martes), Ciencia (miércoles), Comunicación (viernes).

No se decía nada del cuadernillo de Deportes de los lunes, que se había convertido a fines de agosto, y sin mediar palabra, en páginas de la sección habitual. Tampoco se explicaba el futuro de los restantes suplementos (Babelia y Tentaciones).

José María Mateo, de Barcelona, escribió para negar que los cuadernillos suprimidos fueran incómodos de manejar. En cualquier caso, considera Mateo, "si eran incómodos para muchos o para pocos queda en el secreto de lo decidido". Mateo se quejó de que los responsables de EL PAÍS tomen decisiones de este tipo basándose en su olfato y no preguntando, mediante una encuesta, a los lectores habituales.

Clara Gutiérrez, de Madrid, cree que es una mala decisión sustituir Temas de Nuestra Época. "Antes recibíamos una vez a la semana una visión exhaustiva (seis páginas) sobre un único tema", recuerda Gutiérrez. "Además, no dicen ustedes nada sobre el suplemento Babelia, así que no sé si terminará también en la sección de Cultura".

Cinco lectores telefonearon desde Madrid, Barcelona y Valencia para quejarse de los cambios introducidos en la información deportiva de los lunes. Los cinco consideraron más cómodo el formato de cuadernillo central. "Supongo que la información es ahora la misma, incluso en extensión", asegura Luis Miguel Díaz, "pero la verdad es que antes podía separar el cuadernillo para leerlo mientras comía en el restaurante de mi empresa". "¿De verdad tenían ustedes quejas sobre el cuadernillo del lunes?", desconfía Díaz.

La Defensora del Lector cree que tienen razón quienes se quejan y que los lectores han recibido información escasa, e incluso confusa, sobre los cambios realizados. Considera una paradoja que un periódico acostumbrado a contar claramente qué pasa en todo el mundo sea incapaz de explicar qué pasa en sus propias páginas, y ha pedido al director de EL PAÍS, Jesús Ceberio, que deshaga el entuerto.

"Los suplementos temáticos de EL PAÍS", explica Ceberio, "han tratado, casi desde los comienzos, de cubrir una demanda de información especializada que un diario difícilmente puede atender en su oferta diaria. Nacieron así los suplementos de Educación, Libros, etcétera. La mayoría de las veces surgieron como páginas especializadas dentro del periódico, que en algunos casos adquirieron cuerpo de suplemento. Ésta es una vía adoptada por bastantes periódicos, dentro y fuera de España, al tiempo que otros mantienen la fórmula de las páginas especiales, pero con numeración normal".

"Acertada o no", prosigue el director, "la decisión busca, ante todo, racionalizar la zona central del periódico, cuya lectura se había complicado tras la aparición de los cuadernos de información regional, que en el caso de Madrid lleva a su vez en el centro las páginas de anuncios breves".

"Desde luego, en ningún caso pensamos reducir nuestra oferta informativa", asegura Jesús Ceberio. "Como ya ha observado Luis Miguel Díaz, la desaparición del cuadernillo de los lunes no ha supuesto merma ni en el volumen ni en la calidad de la información deportiva que se ofrece ese día, y que ahora, simplemente, se encuentra en su zona habitual".

"En el caso de Temas de Nuestra Época", precisa Ceberio, "su reducción semanal a dos páginas de Debates, con una fórmula que esperamos sea más ágil, se complementa con suplementos temáticos más ambiciosos, pero más espaciados. En el horizonte inmediato estamos elaborando dos que los lectores tendrán en sus manos a corto plazo".

"Los otros suplementos, (Ciencia, Educación)", continúa el director de EL PAÍS, "tampoco han sufrido una reducción notoria del espacio real dedicado a información. Lo importante es que esta fórmula, mucho más flexible desde el punto de vista de la producción, nos permitirá incorporar en el futuro nuevas secciones especializadas; no queremos reducir este tipo de oferta, sino, por el contrario, enriquecerla progresivamente".

Por último, Jesús Ceberio asegura que Babelia "es y seguirá siendo una excepción, porque su propia amplitud -entre 20 y 32 páginas- le convierte en un periódico semanal de la cultura, que aspiramos a convertir en una referencia, en ningún caso única, pero sí necesaria".

Disculpas. Este departamento ya ha advertido que un periodista debe tener como preocupación constante no ser injusto o desconsiderado con las personas anónimas que saltan a las páginas de los diarios, casi siempre como protagonistas de noticias dolorosas. Por eso, lamenta especialmente el titular que se publicó a cuatro columnas en la sección de Sociedad el pasado 21 de septiembre. Decía así: El padre de la niña que murió por no recibir una transfusión denuncia a su ex mujer, testigo de Jehová. La Defensora del Lector quiere dejar claro que no está en absoluto demostrado que la infortunada niña, que padecía meningitis, muriera por no recibir una transfusión. Un juez estudia si la decisión de no permitir ese tratamiento influyó o no en el cruel desenlace. El titular, cuyos autores lamentan tanto como yo, es producto de esa falta de atención añadida que es imperioso reclamar en estos casos.