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"Esto demuestra qué clase de empresarios teatrales tenemos", declara el viceconsejero

El teatro Maravillas y el Infanta Isabel recibieron en 1993 una subvención de la Comunidad de Madrid de ocho millones cada uno para acometer obras de rehabilitacióndel edificio. Ahora el Maravillas pide que se descatalogue el edificio para tirarlo y hacer otro más pequeño y aumentar cinco plantas más para 37 apartamentos. El Infanta Isabel pretende convertir una partede sus despachos en oficinas y aumentar una planta. El viceconsejero de Cultura, Ramón Caravaca, se muestra indignado: "Estos hechos demuestran la clase de empresarios teatrales que tenemos".

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Cuatro teatros de Madrid han presentado en la Oficina del Plan General sugerencias para que las salas dejen de ser equipamientos o bien para que puedan introducir otras actividades alternativas al espectáculo. En los escritos que los responsables de los teatros han enviado al Ayuntamiento destaca como denominador común la queja llorosa por la crisis del teatro y el alto coste de mantenimiento de los edificios cuando éstos son protegidos.El teatro Maravillas y el Infanta Isabel pidieron subvenciones a la Comunidad de Madrid para rehabilitar sus respectivos locales. Pero al tiempo que la Administración regional concedía las ayudas, los dueños de los teatros presentaban ante el Ayuntamiento su petición para hacer obras en sus locales e incluir- viviendas u oficinas.

El arrendatario del Infanta Isabel, Paco Salinas, explica que el proyecto consiste en construir una planta más en el teatro (conservando su uso) y destinar ese nuevo piso y algunos despachos sobrantes a oficinas para vender o alquilar. Salinas añade, sin embargo, que esa idea es prácticamente imposible de realizar puesto que las oficinas tendrían que compartir la entrada con el teatro. Salinas afirma que el Infanta cobró los ocho millones de subvención de la Comunidad a los dos o tres meses de que se concediera.

Reforma y 'contrarreforma'

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El dueño del Maravillas; Luis García Ramos, en cambio, dice que sólo ha cobrado unos cinco millones de pesetas de los ocho que le concedió la Comunidad. Sí ha percibido los siete u ocho de una ayuda del Ministerio de Cultura. En total la reforma costó unos 25 millones. En julio de 1993 el empresario presentó un proyecto de contrarreforma en la Oficina del Plan en el se solicitaba la descatalogación del teatro (tiene nivel 2 de protección) para derribarlo y construir un edificio de seis plantas (ahora sólo tiene una) con 37 apartamentos. También se construiría un teatro, pero con una reducción del número de butacas (de 800 a 600).

García Ramos explica que la Comunidad de Madrid conoce sus proyectos y que la sustitución del teatro es indispensable, puesto que su rehabilitación saldría mucho más cara: al menos 200 millones de pesetas. "Que no se piense que pretendemos quitar la actividad teatral: somos la segunda generación que nos dedicamos a este negocio", afirma. Además del Maravillas, García Ramos es propietario de los cines Peñalver y Postas (que proyecta películas pornográficas).

García Ramos había declarado en marzo, en contestación a los rumores que le atribuían la intención de convertir el Maravillas en una macrodiscoteca: "No conozco a ningún insensato que rehabilite un teatro, lleve a los Reyes a su local y al poco tiempo lo transforme en otra cosa".

El teatro Calderón (explotado desde julio por el ventrílocuo José Luis Moreno) solicita a su vez que se flexibilice la calificación de equipamiento de modo que puedan introducir usos alternativos y hacer viable la continuidad del local. El Calderón, situado en la calle de Atocha, 18, data de finales del XIX y está catalogado como edificio artístico.

Ruina para apartamentos

El teatro Martín, cerrado y en estado de abandono desde hace cinco años, sucumbió el pasado mayo a la edad (se construyó en 1870 como café y se transformó en teatro en 1919) y a la desidia. Un sábado de primavera la lluvia terminó de machacar los materiales que soportaban el techo y éste se derrumbó.

Para entonces los propietarios de la sala (en la calle de Santa Brígida, 3) ya habían solicitado convertir el antiguo teatro en un bloque de apartamentos. Pero la Comisión de Patrimonio de la Comunidad declaró sólo la ruina parcial del edificio y obligó a los dueños a mantenerlo. El Martín se incluye en la lista de las salas que recibirán ayudas del consorcio de rehabilitación de teatros.

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