Un Petit Palais con oficinas
El teatro Infanta Isabel, en el número 24 de la calle del Barquillo, nació a principios de siglo o finales del XIX, según el arrendatario del local, Paco Salinas. Entonces se llamaba Petit Palais y era (todavía es) un pequeño teatro de una planta. Con una subvención de ocho millones de pesetas que les concedió el año pasado la Comunidad de Madrid, acometieron diversas reformas, entre ellas el traslado de la calefacción (antes de carbón, ahora de gas) desde la planta sótano, donde no se permiten estas instalaciones, al último piso.Los propietarios del edificio (una pareja de arquitectos que residen en Logroño y que no pudieron ser localizados por este periódico) argumentan ante la Oficina del Plan General, para justificar su busca de negocio, que el Ayuntamiento ha elaborado un informe que señala "una extensa relación de deficiencias". Añaden que algunas se han resuelto, pero otras son imposibles de subsanar por razones técnicas. En cualquier caso, las consideran irresolubles desde el punto de vista económico. También señalan que el escenario ha estado vacío "un largo periodo de tiempo ante la crisis global que afecta al sector".
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