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Los dueños de cines quieren libertad para cambiar de negocio

"No tiene sentido considerar los cines como equipamiento de la ciudad". Con esa contundencia, la Sociedad de Empresarios de Cine (que integra a casi todas las salas de Madrid) han pedido a la Oficina del Plan libertad para transformar sus locales en supermercados, garajes o cualquier otro negocio. Incluso para instalar butacas en los sótanos, respetando la normativa de seguridad. Hasta ahora el Ayuntamiento prohíbe cambiar el uso de los cines (sólo se puede hacer con un engorroso expediente de recalificación) y la instalación de pantallas en los sótanos.El presidente de la sociedad, Ramón Gómez Carazo, explica que antiguamente se permitía esa ubicación de los cinematógrafos. "Ahí está, por ejemplo, el cine Arlequín [calle de Fuencarral]", dice. "Si tenemos un local en propiedad es lógico que queramos aprovecharlo, pero la normativa no nos lo permite". Madrid capital tiene 106 locales cinematográficos (los multicines cuentan como uno solo) de los que 43 permanecen cerrados.

A la dificultad para cambiar de actividad se suman los impedimentos para acometer obras en algunas salas por su protección arquitectónica.

PASA A LA PÁGINA 3

Los empresarios de cines avisan contra la concentración de pantallas en el sur

VIENE DE LA PÁGINA 1El departamento municipal de Urbanismo se muestra receptivo a las demandas de los empresarios y estudia liberar de la obligación de mantener el uso cultural en algunas salas, sobre todo1as de los barrios periféricos. Pese a los lamentos de los dueños de los cines por la pérdida de espectadores (que atribuyen al reinado de la televisión y, sobre todo, el vídeo), en la capital hay proyectos para abrir unas 30 nuevas pantallas. Y en los últimos años se han abierto nuevas salas, como las seis de los cines Princesa (en versión original). Otros locales han multiplicado sus pantallas, si las normas urbanísticas de protección de los edificios catalogados se lo han permitido.

Más de la mitad de las nuevas pantallas previstas en la ciudad están separadas por poco más de un kilómetro: 15 salas en Méndez Álvaro y un número indeterminado en la avenida de la Ciudad de Barcelona (cuarteles de Daoiz y Velarde). En el documento de sugerencias al nuevo Plan General de Madrid, la Sociedad de Empresarios de Cine solicita también una mayor flexibilidad para convertir las antiguas salas en multicines más competitivos, aunque al tiempo se advierte contra la excesiva concentración de pantallas en un solo barrio que "pueda desequilibrar la oférta", en alusión apenas velada a la instalación de esos complejos cinematográficos en una zona reducida.

Méndez Álvaro o Gran Vía

Lo mismo se señala en otra alegación presentada por los propietarios de los cines Real Cinema y Paz. Ambos hacen referencia a la repercusión negativa de la concentración en un solo centro comercial de Bruselas de 24 pantallas, que ha convertido a la capital de Bélgica en "una de las ciudades más tristes y sin vida de toda Europa".

Los representantes del Real Cinema citan expresamente la operación cultural de la Castellana del sur,(que incluye la zona de Méndez Alvaro) y piden que en vez de potenciar esa zona se aprovechen los "grandes y suntuosos locales de la Gran Vía". Los cines Avenida y Callao han presentado también alegaciones al Plan General y piden que se rebaje su nivel de protección para poder realizar obras.

"Los ferrocarriles antiguos eran preciosos, pero están en los museos y la gente viaja en AVE", señala el representante de los Real Cinema, Mariano Góngora. "Los cines de la Gran Vía ya no monopolizan los estrenos, porque las distribuidoras agotan las películas muy rápido para poder sacar a la venta el vídeo, y las envían también a los cines de barrio", explica, "y con las lámparas y molduras que tienen es imposible conseguir la calidad de sonido que ahora ofrece la técnica, que es la salvación del cine". Góngora hace hincapié en la tendencia a instalar pantallas en los centros comerciales ("se ayudan mutuamente", dice) y en la necesidad de arropar a los cines con una infraestructura de restauración suficiente.

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