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Don Juan Carlos elogiará la labor del rey belga en su primera visita a España

A Alberto II los belgas le llaman el "rey bromista" para diferenciarlo del "rey triste" su hermano Balduino, del que heredó la Corona hace 13 meses. Hoy, don Juan Carlos ensalzará públicamente el primer año largo de reinado del jefe de Estado de Bélgica, a pesar de que algunos de los deslices de Alberto II han reavivado los roces entre las comunidades flamenca y valona y han suscitando incluso, entre los francófonos, algunas críticas contra su persona.

El Rey de España tiene muchas cosas en común con Alberto II. Ambos son joviales, alegres, les abruma el protocolo y comparten aficiones deportivas. El embajador de Bélgica en Madrid, Thierry Muuls, no se sorprendió demasiado cuando el pasado otoño don Juan Carlos le abordó en una recepción para expresarle su deseo de que el monarca belga, coronado el 9 de agosto de 1993, viajase pronto a España.Alberto II y doña Paola llegarán hoy a mediodía. Efectuarán primero la tradicional visita a Madrid y, a partir del miércoles, recorrerán una región a la que los huéspedes extranjeros no suelen desplazarse ni siquiera en visita privada: Extremadura. En su itinerario por el monasterio de Yuste, Cáceres, Trujillo y Guadalupe serán además acompañados, otra deferencia inusual, por don Juan Carlos y doña Sofía.

El punto culminante de la visita será, probablemente, la cena de gala que el Rey de España ofrecerá esta noche en el Palacio Real. Tiene previsto elogiar en su discurso la figura del nuevo monarca de los belgas que encarna una de las pocas instituciones con un papel unificador en un país en el que las fuerzas separatistas están en auge.

A principios de agosto de 1993, una auténtica marea humana rindió en Bruselas un homenaje póstumo a Balduino, fallecido el 31 de julio en Motril (Granada). La mayoría de los que acudieron entonces al Palacio Real eran francófonos y hoy, sin embargo, esos mismos valones a veces expresan su malestar por el "alineamiento" del nuevo rey con los flamencos.

El 1 de febrero Alberto II pidió implícitamente en un discurso una amnistía para los belgas, en su gran mayoría flamencos, culpables de colaboración con el ocupante alemán, haciéndose así eco de una vieja reivindicación de Flandes y disgustando a los valones, que se comprometieron con la resistencia antinazi.

El monarca reincidió el 10 de julio, cuando acudió a la fiesta nacional de la comunidad flamenca en Brujas. Escuchó sonriente la alocución del presidente de esa comunidad, Luc van del Brande, abogando por la transformación de Bélgica en una confederación integrada por dos Estados independientes. Cantó o, por lo menos, susurró el himno Vlaamse Leeuw (León Flamenco). "El Rey seduce a una Flandes en busca de independencia", titulaba al día siguiente el diario bruselense Le Soir.

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Los Reyes de los belgas viajarán a España acompañados por su ministro de Asuntos Exteriores, Willy Claes, que mantendrá conversaciones con su homólogo español, Javier Solana. Con el apoyo español Claes será nombrado, probablemente a fin de mes, secretario general de la OTAN. Aunque el jefe de la diplomacia belga es ferviente partidario de reforzar el pilar europeo de la Alianza Atlántica y comparte en gran medida los puntos de vista españoles sobre la seguridad de Europa, la elección no ha sido fácil para Solana.

"Su opción por Claes ha sido más política que personal", comenta un diplomático. El titular español de Exteriores tiene una vinculación personal con el que ha sido el gran rival de Claes, el ex ministro noruego Thorvald Stoltenberg, hasta que EE UU inclinó recientemente la balanza a favor del candidato belga. Stoltenberg es, sin embargo, más atlantista y menos favorable a que la Unión Europea adquiera mayor autonomía en materia de defensa respecto a Washington.

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