¿Tanto cobras, tanto vales?

Tres jornadas ya y no hay quien lo enmiende. El baloncesto español SIgue bajo sospecha. No hay quien olvide lo de China. La deshonrosa derrota ante el equipo asiático en el último Mundial fue el argumento definitivo. Quienes no soportan que se pueda admirar a un tipo de más de dos metros forcejeando con otro armario para meter una pelota gorda y naranja en un aro de 45 centímetros de diámetro no dejan pasar una. Lo peor es que el pesimismo ha calado hondo hasta en los propios protagonistas. Un alto cargo de la Asociación de Clubes (ACB) explica que la sensación que se le transmitía desde todas las latitudes, incluidas las altas esferas, es que, después de lo de China, más valía echar el cerrojo y olvidarse del invento. Un base internacional cuenta que durante un partido amistoso recibió como respuesta a su queja a un árbitro la siguiente respuesta: "¡Anda. Mira éste! Para vergüenza la que pasasteis vosotros el día de China". Y en esas que empieza la Liga con un partido, además, desafortunado. Nada menos que un Joventut-Madrid, pero con la mala estrella de que los madridistas se pasearon ante un campeón europeo venido a menos y que, encima, no tuvo su día. "El Madrid gana sin bajar del autocar". "Esto no hay quien lo aguante. 38 jornadas para que todo se decida al final", fueron los primeros y descorazonadores comentarios que dejaron poco menos que por un obtuso al aficionado que no dimitiera.Pero la realidad se impone por encima de las teorías, incluso las hace innecesarias. Quien se haya acercado a los pabellones del León o del Salamanca o simplemente haya conectado el televisor para ver allí al Estudiantes y al Real Madrid habrá comprobado que el baloncesto sigue enganchando.Siempre habrá defectos que corregir. Cierto es que, tras unos años de vertiginoso crecimiento, la situación de los clubes se ha estabilizado, que los jugadores cobran menos y que las estrellas prefieren el oro griego. Pero la Liga ACB tiene jugadores suficientes para montar un tinglado atractivo y producir partidos dignos de ser archivados en vídeo. Ya no funciona la vieja teoría de tanto cobras, tanto vales. Volvemos a los añorados tiempos del tanto juegas, tanto vales. Afortunadamente.
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