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Los incendios han arrasado este año 365.000 hectáreas, seis veces mas que en 1993

La oleada de incendios de este verano podría haberse evitado. Así lo asegura el director del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona), Fernando Estirado, que cifra en un 93% los incendios que podrían haberse evitado. El verano ha sido uno de los más duros de los últimos años y ha disparado la cifra de hectáreas destruidas: en lo que va de año, según los datos del Ministerio de Agricultura, han quedado arrasadas 365.371 hectáreas, seis veces más que en el mismo periodo de 1993. La Comunidad Valenciana es la más afectada por el fuego, con 130.000 hectáreas. quemadas, seguida de Cataluña, con 59.000, y Andalucía, con 35.000.

"La gran tragedia y el gran reto es que no somos capaces de reducir el número de incendios: de los 15.000 incendios anuales, 14.000, son evitables", señala el responsable del Icona. A su juicio, son tres las principales líneas de actuación en la prevención del fuego: "El hombre, causante de la mayoría de los incendios; el propio medio natural, que requiere unas grandes inversiones, y los medios técnicos, que en España alcanzan unos niveles superiores a los del resto de nuestro entorno", afirma Fernando Estirado.Basándose en el primer balance de los incendios de este año, realizado por el Ministerio de Agricultura el pasado día 4, se prevé que, en todo el año, las llamas arrasen una superficie seis veces superior a la del año pasado. Las 365.371 hectáreas afectadas desbordan todas las previsiones iniciales, teniendo en cuenta la evolución de los últimos años.

Según este balance, en lo que va de año se han perdido 200.912 hectáreas de bosque, ocho veces más que el año pasado, y 164.459 de superficie no arbolada. El número de incendios contabilizados asciende a 5.792 -1.500 más que el año pasado-, de los que 57 fueron considerados grandes incendios, con una superficie afectada superior a las 500 hectáreas en cada caso.

En esta estadística no figuraban el siniestro del suroeste de Madrid, que la semana pasada consumió 500 hectáreas de pino piñonero, ni otro incendio importante localizado en Cuenca, así como el declarado en el término municipal de Nonaspe (Zaragoza), que todavía avanza en la provincia de Tarragona y en el que el pasado miércoles fallecieron cuatro bomberos de la Generalitat de Cataluña.

Sólo este último siniestro había quemado hasta ayer más de 3.000 hectáreas, pese a la amplia dotación de efectivos destinados a su extinción.

A pesar de estos incendios, el Icona ha reducido a la mitad los efectivos aéreos respecto a los utilizados durante el verano, al considerar que la temporada de máximo riesgo ya ha finalizado, y en algunas comunidades ya no hay situación de alerta. Se ha pasado de 89 aviones operativos durante los meses de verano a las 41 que permanecerán en servicio hasta el día 30, fecha en la que finaliza la alerta.

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