Ciclón en la banca

La banca está alterada. En menos de una semana, en dos de los principales gigantes del país, el Santander y el Bilbao Vizcaya (BBV), se han producido movimientos en sus puentes de mando. Primero fue el número dos del Santander, Rodrigo Echenique, que dejó el timón como consejero delegado del banco. Después, fue su colega del BBV, el vicepresidente Javier Gúrpide, el que tuvo que abandonar sus funciones.Los movimientos en el Santander y BBV son dos episodios más en un año plagado de acontecimientos. Todo empezó el día de los Inocentes del año pasado. Aquel 28 de diciembre de 1993 era intervenido Banesto y destituido el equipo encabezado por Mario Conde.

El Bilbao Vizcaya prestó a 16 ejecutivos con Alfredo Sáenz, uno de sus dos vicepresidentes, a la cabeza. Todo indicaba que, logrado el reflotamiento de Banesto, el BBV se quedaría con esta entidad. Sin embargo, la realidad le hizo un quiebro histórico a la entidad vasca y fue el Santander, que sólo había cedido un hombre al equipo de salvación, el que se quedó con Banesto. Fue un golpe duro para el BBV, que desde entonces está obsesionado con superar al Grupo Santander.

Botín no dudó un segundo en ofrecer a Sáenz y a todo el equipo prestado por el BBV la permanencia en Banesto, Sáenz aceptó. Después, una decena de directivos le siguieron. Todos, como Sáenz, proceden del antiguo Banco Vizcaya (la rama V) y, según han ido reconociendo con el paso de tiempo, no se sentían realizados en el BBV.

Antes que Sáenz, ya se había ido Francisco Luzón a Argentaria. Después, en junio, Ángel Corcóstegui, consejero director general del BBV, se despidió del banco para configurarse como el nuevo número dos del Central Hispano. Es muy posible que estos movimientos telúricos no hayan acabado. Los bancos se encuentran en una carrera de vuelta hacia el modelo tradicional que dejaron, en mayor o menor medida, para adentrarse en nuevas aventuras financieras. ¿Cuál es la situación?:

> BBV. El abrazo de Neguri

Este banco es el que más ha sufrido las sacudidas. La última, ha sido la más violenta, ya que tiene, como protagonistas a los propios hombres del antiguo Bilbao. El nombramiento de Pedro Luis Uriarte como consejero delegado asumiendo las funciones ejecutivas del vicepresidente, Javier Gúrpide, sacó a la luz los enfrentamientos que latían en el banco. El recorte de poder de Gúrpide, vestido como una renuncia propia, fue impuesta por Emilio Ybarra ante la falta de entendimiento con su segundo. Ya en la crisis de Banesto, Ybarra intentó que se fuera a este banco; pero en el Banco de España pidieron a Sáenz. Gúrpide había acumulado mucho poder tras las sucesivas marchas de Sáenz, Corcóstegui y José Antonio Sáenz de Azcúnaga (consejero director general que se ha jubilado anticipadamente aunque sigue de consejero), hasta el punto de controlar el 80% del banco.

En el banco no sentó nada bien que aparecieran noticias sobre contactos con los primos Albertos Cortina y Alberto Alcocer (Los Albertos) para comprar el Zaragozano (controlado por éstos) y ganar poder con el apoyo de los primos. Según los rumores, el BBV fusionaría el Zaragozano con el Comercio y formaría un banco para competir con Banesto, segundo banco del Grupo Santánder. Tanto BBV como Zaragozano negaron que hubieran existido esas negociaciones.

El futuro de Gúrpide, que ha quedado como vicepresidente sin funciones, podría pasar por alguna empresa del grupo. Su nombre ha sido barajado en varias ocasiones para la presidencia de la eléctrica Iberdrola, controlada por el banco y presidida por Íñigo Oriol e Ybarra. El banquero poeta se ha presentado al premio Planeta de este año (se falla el 15 de octubre).

Uriarte, un hombre de talante abierto, es un ejecutivo que entró en el Bilbao en 1973 y que no pertenece a las familias, accionistas tradicionales del banco. Su vinculación al Partido Nacionalista Vasco (PNV) -fue consejero de Economía y Hacienda del Gobierno Vasco presidido por Carlos Garaicoechea entre 1980 y 1984- entronca a la primera entidad financiera vasca con la formación política. Es lo que algunos no han tardado en denominar "el abrazo de Neguri".

El nombramiento será oficial el día 22, fecha en que el consejo de administración tendrá que aprobarlos. Es posible que ese día haya más novedades y que el banco decida incorporar dos vicepresidencias, que ocuparían José Domingo Ampuero y Federico Lipperheide, dos destacados miembros de las tradicionales familias de Neguri accionistas del banco. Ampuero, conocido por Pepé, ronda los 45 años y podría convertirse en un futuro candidato a la presidencia, como Uriarte. Lipperheide, que supera los 60 años, es uno de los consejeros procedente del Vizcaya.

Se habla de una tercera vicepresidencia y se baraja para ella el nombre de Gervasio Collar, al que los hombres del Vizcaya siempre han calificado como "el guardián del sello del BB [Banco Bilbao]". Collar -su padre presidió el Banco de Bilbao- es una persona muy próxima a José Ángel Sánchez Asiaín, ex presidente del BBV y del Bilbao.

Otro nombramiento que se da por seguro es el de Santiago Bergareche como consejero director general. Ello supondría su consolidación como tercer hombre del banco y, hasta cierto punto, el contrapeso al poder de Uriarte. Bergareche es, precisamente, el único alto ejecutivo que queda del antiguo Vizcaya. No obstante, tiene un vínculo personal muy estrecho con Ybarra que viene del grupo editor El Correo.

> Santander. La cesión de Echenique

El pasado 22 de agosto, el presidente del Santander, Emilio Botín, apareció en la junta de accionistas que Banesto celebraba en Madrid acompañado de Rodrigo Echenique y Matías Rodríguez Inciarte. Apenas un mes después, Echenique presentaba su renuncia como consejero delegado. Estaba cansado. Seguirá en la comisión ejecutiva del banco y de consejero. Sus funciones las asume el ex ministro de UCD Matías Rodríguez Inciarte, como vicepresidente.

El movimiento en la cúpula del Santander también afectó a Ana Patricia Botín, hija del presidente, que deja el cargo de directora general adjunta del Santander y pasa a ser directora general y consejera delegada de la filial Banco Santander de Negocios (BSN), que lleva un ejercicio negativo.

Respecto a Echenique, que entró en el banco en 1983, se ha dicho que no ha superado el traspié de las cesiones de créditos, por la que tanto él como Botín tuvieron que declarar ante la Audiencia Nacional, y que la conexión entre Botín y Sáenz en Banesto le ha ido alejando del presidente.

> BCH. La búsqueda de Amusátegui

José María Amusátegui, presidente del Banco Central Hispano (BCH), dio otra vuelta de tuerca al sector con el fichaje del Vizcaya Ángel Corcóstegui como consejero delegado. Su llegada estuvo precedida por varios cambios previos de la estructura organizativa del banco, incluyendo reducción del consejo de administración.

Como ha ocurrido en el BBV, el BCH ha vivido un proceso en el que las gentes del antiguo Hispano son notable mayoría sobre las del antiguo Central, del que sólo Antonio Escámez, sobrino del anterior presidente, y Epifanio Ridruejo, permanecen en la cúpula. No obstante, Ridruejo, al igual que José Zamora, un hombre de la casa, y Joan David Grimá, contratado de la consultora McKingsey, han perdido peso.

La llegada de Corcóstegui puso punto final de una búsqueda por parte de Amusátegui de un segundo. El BCH, que estuvo entonces envuelto en rumores sobre una posible intervención por la autoridad monetaria, ha dejado de ser centro de atención. "Eso es lo mejor que nos podía pasar", dicen fuentes del banco, que reconocen que, el banco necesita un saneamiento que pasa por racionalizar las oficinas, reducir personal y ganar tesorería.