Madrid profundo
La familia Molina malvive en una caseta cochambrosa y sin agua corriente. Pero ahora la principal preocupación para este matrimonio joven, con cuatro hijos de dos a ocho años, no es la penuria del hogar, al que entraron de patada en 1990, sino la posibilidad de quedarse sin él. Ayer estaba previsto su desalojo por ocupación ¡legal, informa Begoña Aguirre. Sin embargo, ante su negativa a abandonar esta casa baja de la calle de Sepúlveda, 66 (Latina), la comisión judicial, decidió regresar otro día acompañada de la policía. Elías Molina y Rosa Pino ganaron las dos primeras demandas interpuestas por la dueña de la barraca. Sin trabajo, antes vivían con los padres de Elías, pero con los niños ya no cabían. En la foto, Rosa Pino, de 29 años y sus cuatro hijos, ayer, en su caseta.
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