El anterior alcalde de Washington, que fue encarcelado por consumo de cocaína, es el más firme aspirante al cargo
Marion Barry, el anterior alcalde de Washington, ha protagonizado uno de los más curiosos fenómenos políticos de este país, renaciendo de sus cenizas, cuatro años después de ser encarcelado por consumo de cocaína, para ganar las primarias demócratas y situarse como el más serio aspirante a recuperar el mando. de la capital en las elecciones del próximo 8 de noviembre.Frescas aún en la memoria las imágenes en las que cayó en la trampa tendida por la policía en un hotel de Washington y fue detenido por posesión de drogas, Barry ha conseguido cautivar el voto más pobre y más radical de la mayoritaria población negra de esta ciudad para conquistar un inexplicable liderazgo en esa maltratada comunidad.
Marion Barry ganó el martes por más de diez puntos de ventaja en unas primarias demócratas (elecciones internas para escoger candidato) en las que resultó barrida la actual alcaldesa, Sharon Pratt Kelly, una mujer negra moderada que había tratado de conducir la alcaldía con un espíritu reformista e integrador.
Después de seis meses de cárcel, Barry regresó a la arena política vestido con atuendos africanos y arropado con un discurso redentorista y radical que prendió entre el electorado más joven.
Barry abandonó por completo su campaña en los sectores blancos y de clase media de Washington, y trabajó en el registro masivo de los barrios más marginados y violentos. En una ciudad con el 60% de población negra, eso fue suficiente para ganar estas elecciones que le devuelven casi con seguridad la alcaldía, ya que los candidatos republicanos no cuentan con posibilidades reales aquí.
La victoria de Barry, que puede fácilmente identificarse como un gesto de protesta de los negros contra sus propios dirigentes moderados y contra el establishment blanco, sirve como prueba del grado de desesperación y desorientación entre la comunidad afroamericana. Al mismo tiempo, el probable regreso de Barry a la alcaldía anticipa la huida de la población blanca de esta ciudad hacia los vecinos estados de Maryland y Virginia.
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