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El Reino Unido reduce su presencia milítar en el Ulster

Una semana después del anuncio de un alto el fuego unilateral por parte del IRA, los primeros síntomas claros de distensión se dejaron sentir ayer en el Ulster. Pese a las reticencias de Londres a aceptar como permanente la tregua del IRA, el Gobierno de John Major ha decidido reducir la presencia militar y policial en la provincia. Así lo anunció ayer en Belfast el ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, aunque sin reconocer la dimensión política de la medida.Al mismo tiempo, en Dublín, el vicepresidente estadounidense Al Gore y el primer ministro irlandés, Albert Reynolds, celebraron una breve reunión en la sala de autoridades del aeropuerto para sellar con nuevos apretones de manos la alianza entre Estados Unidos e Irlanda en esta iniciativa de paz para el Ulster. Gore, que hizo una escala en el aeropuerto de Shanon en Dublín procedente de El Cairo, volvió a expresar el "compromiso" de la Administración Clinton con los gobiernos irlandés y británico, en el proceso de negociaciones para lograr la pacificación del Ulster.

El proceso de paz para Irlanda del Norte "es la prioridad de nuestra agenda de política exterior", aseguró el vicepresidente estadounidense. "El presidente Clinton y yo estamos dispuestos, como el conjunto del pueblo americano, a apoyar a nuestros amigos británicos e irlandeses en sus esfuerzos para alcanzar la paz", siguió Gore, y añadió: "El pueblo americano sueña con el éxito de este proceso".

Reynolds, por su parte, negó que existiera la menor fisura entre su Gobierno y el de John Major en lo que al proceso de paz se refiere. Sin embargo, el primer ministro británico volvió a señalar desde La Haya, adonde viajó ayer, que es imprescindible una prueba de que el alto el fuego del IRA no es temporal sino permanente, aunque insistió en que las palabras que se elijan para clarificarlo son lo de menos. Las palabras parecen, en efecto, lo de menos, frente a los hechos: en este caso una paulatina y gradual retirada del Ejército británico de Irlanda del Norte. La desmilitarización de la zona ha sido una de las primeras exigencias del presidente del Sinn Fein, tras el anuncio de la tregua por parte el IRA.

En un contexto de buenos augurios, el ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew intervino en la presentación de un nuevo proyecto del grupo Hilton, que prevé la construcción de un nuevo y lujoso hotel en Belfast.

Aun así, las espadas todavía están levantadas, especialmente en el seno de la comunidad protestante, uno de cuyos más radicales líderes, Ian Paisley, fue expulsado el martes del despacho del primer ministro británico, en Downing Street, cuando se negó aceptar la palabra de Major como toda prueba de que Londres no ha llegado a ningún trato secreto con el IRA a cambio de la, todavía precaria, paz. Paisley ofreció ayer una conferencia de prensa en la que calificó a Major de dictador. "Ningún primer ministro tiene derecho a decirle a un político elegido por el pueblo: 'Debes darme tu palabra de que tienes confianza en mí, sino ya no te hablo", dijo Paisley al describir su entrevista con Major y añadió: "Eso es lo que decía Hitler: o me crees o te vas a la cámara de gas".

Tampoco existe constancia alguna de que las dos organizaciones paramilitares unionistas estén dispuestas a imitar al IRA ofreciendo un alto el fuego.

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