Indurain correrá con una computadora

Cuando uno se sienta sobre la Espada, nada revela que se trata de lo que sería un fórmula 1 en el mundo automovilístico. La vista no alcanza más allá del perfil de la rueda, la pista y el manillar anatómico. El modelo ha sido diseñado para alcanzar la máxima velocidad que jamás hombre alguno haya logrado en una bicicleta durante una hora. No tiene nada. Por no tener, ni siquiera, frenos y cambio de velocidades. Su austeridad es sólo aparente.El día del récord, Miguel Induráin dispondrá de un cuadro de instrumentos completísimo: frecuencia cardiaca, número de pedaladas por minuto, velocidad media, distancia recorrida... Hasta podrá recibir informaciones a través de un canal de sonido instalado en el casco. La clave del récord está en la sintonización en la misma onda de dos motores, el del corazón de Induráin y el de los pedales de la bicicleta. Ambos tienen un punto de máxima eficacia; podrían superarlo, pero a costa de elevar el consumo medio, lo que significaría agotar el combustible antes de la hora. Por eso es fundamental que el ajuste sea preciso.

El día de la carrera llevará un cinturón en el pecho, que transmitirá los datos a un falso reloj; la pantalla digital mostrará a cuántas revoluciones va el corazón. El segundo cuentarrevoluciones del que podrá disponer Induráin será mecánico y dará cuenta del número de pedaladas por minuto. Como la distancia por cada una de ellas será siempre la misma, al ser el desarrollo invariable, no habrá posible error: tanta frecuencia, tantos metros, igual a récord. Mantenida la frecuencia cardiaca y la cadencia del pedaleo, las demás informaciones resultan marginales, porque son los primeros datos los básicos para alcanzar el éxito.