UN NOMBRE DE 'PINGA'
Juan Echanove se fue a La Habana para conspirar y logró dejar pasmada a la audiencia televisiva. Se convirtió en uno de los protagonistas del verano, y, por una vez, los temas de conversación no fueron los balseros. En una televisión donde todo el mundo habla un lenguaje políticamente correcto, cuando le preguntaron cómo se encontraba en Cuba, contestó: "¡De pinga!", el equivalente a de cojones.Y es que con este viaje había despejado los nubarrones que ensombrecían su carácter y que le hacían sentirse tan a gusto en papeles de cerdo. Tal vez, su euforia se debía al éxito de su conspiración. Tramaba con su anfitrión, Pablo Milanés, su vuelta a los escenarios para consumar en septiembre su sueño infantil: ser cantante; ahora, de boleros.-
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