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Reportaje:

El mundo perdido de Vu Quang

Un tesoro de animales desconocidos en una zona de Vietnam que escapó a la devastación de la guerra

Hacer el recorrido a través del río salpicado de piedras es una tarea que hay que realizar cuidadosamente para evitar caer en sus heladas aunque poco profundas aguas. Una vez atravesado el río hay que trepar la resbalosa y empinada colina, agarrándose a las ramas de los árboles para poder avanzar.A 600 metros, la ladera se vuelve menos empinada y hay que continuar seis kilómetros más parando para tomar aire o quitarse las sanguijuelas de los zapatos. El- bosque está lleno de estas criaturas sedientas de sangre.

Así se llega al mundo perdido de la Reserva Natural Vu Quang. Éste es el territorio del sao la, un animal sin parientes cercanos conocidos, lo que significa un nuevo género de mamífero para , la zoología, algo muy raro en pleno siglo XX. Es parecido a una cabra, pero los científicos dicen que está más emparentado con el buey; de hecho, ése es su nombre común, el buey de Vu Quang. Sao la (su nombre científico es Pseudorys nghetinhensis) es el nombre indígena local, que significa huso de tejer, debido a que sus cuernos se parecen a estos largos implementos de madera.

Este animal tímido y nocturno permaneció desconocido para el mundo exterior hasta que los científicos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y el Ministerio Forestal de Vietnam (MOF, por sus siglas en inglés) encontraron, de casualidad, sus cráneos. en los hogares de los aldeanos durante su primera incursión en este remoto rincón de Vietnam en mayo de 1992. Hace muy pocos meses, en junio, se encontró el primer ejemplar vivo, una hembra muy joven que ahora está siendo criada en cautividad.

La misión también encontró una nueva especie de carpa de río, la cuarta del género Opsarichthys. Más recientemente, en marzo de 1994, los científicos descubrieron una nueva especie de mamífero grande, por el momento relacionado con el ciervo ladrador común. Por ahora sólo se han encontrado cráneos de este animal que han llamado el muntjac gigante (Megamuntiacus vuquangensis) ya que tiene casi el doble del tamaño del muntjac más grande conocido, el de la India.

Estos descubrimientos han atraído la atención del mundo entero hacia la reserva, descrita por algunos científicos como un "mundo perdido aparentemente inalterado por la guerra" y, posiblemente, prolífico en nuevas especies. La piel y el pelo de un misterioso cráneo, hallados en el adyacente bosque de Pu Mat, están siendo examinados actualmente, y podrían revelar aún otra nueva especie de mamífero.

Pero los científicos están preocupados porque estos nuevos descubrimientos podrían extinguirse aún antes de que se haya tenido la oportunidad de estudiarlos. El WWF está llevando a cabo actualmente un plan de trampas fotográficas, utilizando cámaras automáticas conectadas a sensores de presión. Cuando un animal pisa el sensor, éste dispara la cámara, fotografiándose, por lo tanto, a sí mismo.

Desde noviembre de 1993 , el ejecutante del proyecto del WWF, Shanthini Dawson, ha estado recogiendo datos. sobre el sao la, tanto a partir de estudios de campo como con entre vistas a los aldeanos, en espera de poder diseñar un plan de conservación para la especie. Fue durante una de estas visitas a los aldeanos locales cuando Do Tuoc, un biólogo de campo del MOF llamó su atención ha cia los cráneos del muntjac gigante.

Dawson, quien más tarde tuvo una visión fugaz y momentánea de un muntjac gigante vivo, teme que la presión de la caza conduzca a la extinción de la especie.

Existen más de 20.000 personas viviendo en y alrededor de la reserva Vu Quang. Aunque la mayoría cultiva productos tales como la caña de azúcar, complementan sus ingresos con la caza. En su mayoría, cazan cerdos salvajes y el muntjac común, mientras que el muntjac gigante se vuelve el tercero más probable. Ocasionalmente, un sao la podría caer en sus trampas.

La gente se alimenta de la carne de ambos animales. Además, los dientes del sao la y los cráneos del muntjac gigante son guardados para usos medicinales. Desde que su descubrimiento hizo titulares en el mundo, ambas especies han ganado un inmenso valor económico, vivas o muertas.

John MacKinnon, quien codirigió la primera, expedición, manifestó que la publicidad acerca de las nuevas especies está creando interés entre los coleccionistas de animales y los cazadores de trofeos. "Unas pocas instituciones locales ya han pagado por los especímenes, alertando de este modo a los cazadores locales hacia el valor económico potencial de estos anirnales", indicó.

Durante la última época de caza, de septiembre de 1993 a febrero de 1994, unos cuatro mil cepos fueron puestos en la reserva. Entre julio de 1993 y enero de 1994, los aldeanos locales informaron haber capturado de 15 a 20 muntjacs gigantes y tres sao la.

Alarmado por esta presión, el Ministerio Forestal recientemente ha impuesto la veda pero ésta es ignorada en gran medida. Para contrarrestar esta amenaza, puestos de guardia han sido establecidos en la reserva.

Además, en la próxima reunión de, noviembre del CITES (Tratados sobre el Tráfico Internacional de las Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre), Vietnam presentará las propuestas para enlistar el sao la y el muntjac: gigante en el apéndice I del tratado, lo que significa que todo comercio de estas especies está prohibido. Esta podría ser la primera reunión del CITES a la que Vietnam, que se adhirió al tratado a principios de este año, asiste como miembro.

El científico Pliani Mong Giao cree que es más fácil localizar al sao la en el bosque, más grande y menos alterado, de la propuesta reserva de Pu Mat, adyacente al borde noroccidental de Vu Quang. Cuando ésta se apruebe, las 100.000 hectáreas de la reserva Pu Mat, juntó con la de Vu Quang, formarán un gran conjunto selvático.

Sin embargo, una gran preocupación es la de mejorar los niveles de vida locales., Vu Van Dung, botánico en jefe del Institudo de Planificación e Inventario Forestal y codirector de la primera misión de estudios, está ansioso por introducir la cría del ciervo sika o nipón, Cervus nippon.

Este ciervo es criado para obtener la piel velluda de sus astas, que se utiliza en la medicina tradicional para tratar desórdenes de la sangre y la anemia. Investigaciones en la ex Unión Soviética han demostrado que esta piel contiene una sustancia denominada pantocrina, que en ensayos clínicos ha demostrado ser útil como tónico y para acelerar la curación de llagas y úlceras. Su cría resulta, pues, rentable, como lo prueban algunos ejemplos.

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