Un fin de semana en siete meses
Llevaba siete meses sin salir del centro de protección de menores l'Esperança. Se llama Jonathan, sin apellidos. Es menor de edad, y su identidad por ley no puede ser desvelada. Desde hace dos noches, duerme, como presunto asesino, en un centro de observación de la Generafitat. Después, la justicia se ocupará de él. Un hecho que no le es ajeno.Jonathan, de 15 años, lleva viviendo más de un año en I'Esperança, un centro situado a las afueras de Barcelona que acoge a unos cincuenta adolescentes con problemas familiares. Nació en el seno de una familia desestructurada, sujeta a cambios constantes de domicilio y con unos cónyuges sin estabilidad emocional. La madre de Jonathan padece graves transtornos psíquicos. Su padrastro es alcohólico.
"Tuvimos que alejar, a Jonathan de su entorno familiar, porque era nocivo para él", explicaba ayer un portavoz del Departamento de Justicia de la Generalitat. La Fiscalía de Menores y el Departamento de Bienestar Social se ocuparon de su guardia y custodia y, en 1993, decidieron ingresarle en l'Esperança, donde ha vivido tranquilamente este último año. "Aquí dentro no había ningún problema. Estaba teniendo una respuesta muy positiva y evolucionaba cada vez mejor", decían ayer fuentes del centro.
Desde que ingresó en la escuela, los educadores habían tratado de evitar el contacto entre Jonathan y sus padres, por loque las visitas al exterior se limitaron a pasar unos días de colonias organizadas por el centro donde estaba acogido. Sin embargo la dirección del centro confiaba en la abuela y no dificultaba el contacto con su hermanastro. El viernes día 19, Jonathan salía por primera vez de fin de semana en siete meses. No estuvo con su abuela, sino con su hermanastro David de 18 años. En la madrugada del lunes era detenido junto a su medio hermano, como presunto asesino de dos mujeres.
