BARCELÓ, ENTRE VACAS
La mejor manera de disfrutar de la obra del pintor español vivo más cotizado es rodeado de vacas y perfumado con salitre. En Miengo, un pueblecito de la costa cántabra, entre marismas y demás fauna agropecuaria, se puede visitar una de las más atractivas citas culturales de todo el norte de España. Cuadros de Barceló, Broto, Condo y Schriabel cuelgan de las paredes de la pequeña -que no menor- sala Robayera. En este país de sorpresas, afortunadamente no todas desagradables, los responsables de esta sala municipal parecen decimos: "¿Veis cómo se pueden hacer cosas?". Pero, ¡cuidado!, cuentan que hace unos días una vaca se zampó los planos del proyecto de Casa de Cultura de un pueblo tan recogidito como éste.-
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