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Cada vez más familias internan a sus mayores en residencias durante el verano

Cada año aumenta en un 20% el número de mayores incapacitados para lavarse, alimentarse o vestirse por sí mismos que pasan uno de los meses del estío ingresados en un centro para mayores. Este verano, las familias de 2.166 ancianos, que durante el resto del año cuidan en casa a sus mayores, les han llevado a una residencia en el mes en que ellos pasan sus vacaciones.En 1993 fueron 1.666. Apenas hay plazas públicas para estas estancias temporales, sólo las 166 ofertadas cada verano por la Comunidad de Madrid a través de conciertos desde hace tres años.

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Atrapados en su propia casa

Las familias que durante todo el año cuidan a sus mayores -incapacitados para servirse por sí solos con dignidad-, optan cada vez más por llevarles a una residencia el mes que se van de vacaciones. En los centros para ancianos han entrado este verano 2.166 personas mayores de 65 años en esta situación. Un 20% más que en 1993, cuando pasaron la temporada estival separadas de sus familias 1.666 personas. Las plazas que oferta la Administración regional desde hace tres años para las estancias temporales son una proporción mínima: 166; un máximo de 15 días y por convenios con entidades privadas-. Sus propios centros carecen de camas para estancias temporales. La Consejería de Integración Social considera que no tiene que ampliar esta oferta estacional está habilitando un centro en Carabanchel para este cometido- Pero la Asociación Madrileña de Residencias de la Tercera Edad, (AMRTE) calcula que cada año la Administración debería ofrecer 1.000 camas mas para los veranos. Además, las residencias privadas sin ánimo de lucro (no asociadas a patronal), que atienden en general a personas de bajos ingresos, están llenas y con una amplia lista de espera, con lo que no ofertan estancias temporales. Estas residencias, normalmente vinculadas a instituciones religiosas, aportan un 40% de las camas privadas que existen en la región, lo que supone una limitación para los ingresos veraniegos.Mientras, las modalidades para salvar de la soledad y el apartamiento de la vida activa de los mayores impedidos aumentan, para afrontar así el medio millón largo de ancianos con que cuenta la región. Una asociación recoge, tres días a la semana, a 1.352 ancianos. impedidos que viven en casas sin ascensor para llevarles a pasar el rato con otros mayores.

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Las llevan a las residencias geriátricas este verano a un 20% más de mayores impedidos

En las residencias púbel usuario paga unas 20.000 pesetas por quince días. Las otras 2.000 son camas en residencias privadas legales donde la tarifa mensual media es de 150.000.El presidente de la Asociación Madrileña de Residencias de la Tercera Edad (AMRTE)' ' Juan Antonio Moya, que agrupa a unos 175 centros privados -los dependientes de órdenes religiosas sin ánimo de lucro están fuera- asegura que el 98% de estos ancianos precisan una asistencia continuada. "El 60% padecen demencias seniles o Alzheimer; otro 20% son personas que están constantemente encarnadas y el resto sufren fracturas que les impiden la movilidad", asegura. "No es que sus familias los abandonen, los cuidan a diario, pero ellos también tienen derecho a descansar mientras el mayor está atendido", añade.

Relación social

"Normalmente, los ancianos no llegan contentos a la residencia, pero todos los años, al final de su mes de estancia, hay un 10% que no desea marcharse porque aquí tienen personas con las que tratar", matiza Moya. "Un anciano que puede valerse por sí mismo donde mejor está es en su casa o en un hotel, no en una residencia, aquí nos llegan, tanto en verano como durante el resto del año, aquellos que precisan cuidados continuos", concluye. La mayor parte son mujeres con más de 85 años.

La Comunidad oferta 166 plazas veraniegas por conciertos con entidades privadas: las residencias El Refugio, de Miraflores; El Deleite, de Aran»ez y San Juan de Dios, en El Alamo. Sus propias residencias no tienen camas vacantes para las vacaciones. Las estancias en este programa no superar los 15 días. El viceconsejero de Integración Social, Tomás Merín, explica: "Se trata de garantizar un descanso a las familias que cuidan todo el año de un anciano".

"Este año hemos recibido 300 solicitudes para 166 camas y hubo 55 renuncias, por lo que no creemos que debamos ampliar mucho la oferta para estancias veraniegas", añade. Moya cree, sin embargo, que harían falta "unas mil plazas públicas más cada verano".

En Madrid viven 577.342 mayores de 65 años, de los cuales 236.000 superan los 75 años, y hay 19.275 plazas en residencias, tanto públicas como privadas. Son privadas 11.713,y de ellas, 4.954 pertenecen a entidades vinculadas a órdenes religiosas. Hay 6.362 plazas públicas en residencias del Inserso y la Comunidad, además de otras 1.296 concertadas.

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