_
_
_
_
_

46 millones de mexicanos están convocados hoy a los comicios más decisivos de su historia

Casi 46 millones de mexicanos, de los más de 80 que viven en el país, están convocados hoy a las urnas en las que se prevé van a ser unas elecciones históricas. México se juega,en estos comicios presidenciales, en los que se renovará también el legislativo, su credibilidad como Estado de derecho tras varias décadas de amaños electorales y de abuso del poder por parte del Partido RevolucionarioInstitucional (PRI), que gobierna desde hace 65 años. Las reformas políticas realizadas en los últimos meses han conducido a México a un escenario electoral distinto, donde el fraude es más dificil, aunque no imposible.

Más información
Chiapas en el punto de mira
El despegue económico deja atrás a las clases sociales más desfavorecidas
Un tecnócrata salinista
La derecha católica
El segundo intento

En el ambiente se sienten el temor y la preocupación de que esa mano negra que ha golpe Juramente a México en varios momentos de su historia vuelva una vez más a la carga.México es un país de jóvenes adolescentes, y por eso casi la mitad. de su población no podrá acudir hoy, por imperativo de edad, a los colegios electorales a emitir su voto. Sin embargo, los mexicanos estrenan un padrón electoral renovado, el más completo de la historia del país que, pese a no ser perfecto si va a permitir por primera vez que no sea un elemento susceptible de ser utilizado para reincidir en el fraude. Este padrón, que se confeccionó en 1991, ha sido verificado 36 veces.

Pero no todo es el padrón. La intención, al menos aparente, del Gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari de que la jornada de hoy se desarrolle dentro de la mayor transparencia y legalidad posibles está avalada por una serie de reformas que han transformado radicalmente los mecanismo! que sirvieron tradicionalmente para, regular las elecciones.

Teóricamente todo es perfecto y así lo han reconocido las Naciones Unidas, presentes en México para vigilar el desarrollo de los comicios. Pero las dudas y las sospechas, en un país donde existen auténticos profesionales de la trampa electoral, son muchas. -

Los comicios serán controlados por el Instituto Federal Electoral (IFE), un organismo apartidista y profesionalizado. Las casillas, nombre que reciben en México los colegios electorales, las presiden ciudadanos empadronados puya elección se ha hecho mediante doble sorteo. En la jornada habrá observadores nacionales (más de 70.000) y visitantes extranjeros. Por primera vez en la historia de una elección federal, el ciudadano deberá llevar una credencial con su fotografía. Y un fiscal especial para delitos electorales se encargará e llevar ante los tribunales a todo aquel ciudadano que intente alterar la voluntad popular.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

De las nueve organizaciones políticas que compiten en estas elecciones, sólo el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que preside Cuauhtémoc Cárdenas, ha hecho pública su

desconfianza en cuanto a la efectividad de estas reformas. Cárdenas, que concurre por segunda vez a la presidencia mexicana, es una víctima histórica del fraude. Esa es una de las razones de su tozudez a la hora de admitir que el escenario teórico ha cambiado. Pero también la sospecha de fraude forma parte de su propia estrategia política. Ya lo dijo Cuauhtémoc Cárdenas en el cierre de campaña: o festeja el lunes la victoria o inicia la resistencia civil.Con un Cárdenas intransigente y radicalizado, pese a que las encuestas le dan solamente el 10% de los votos, el candidato del PRI, Ernesto Zedillo, lo tiene complicado. Es muy posible, y así lo prevén los pronósticos, que Zedillo gane estos comicios con cierta distancia respecto a sus seguidores. Pero también es muy dificil que la población se lo crea, sobre todo por la falta de confianza que ofrece el sistema.

Batalla electoral

Lo curioso es que pese a que las encuestas colocan a Cárdenas en tercer lugar, la batalla electoral llegó a su último día con dos protagonistas: aquél y Zedillo. Diego Fernández de Cevallos, a quien los pronósticos adjudican un segundo lugar con el 20% de los sufragios, ha ido bajando el tono y hoy se comenta más su silencio que ese ruido que levantó cuando ganó en mayo el primer debate televisado de la historia del país. Hay quien sospecha que el Partido de Acción Nacional (PAN), consciente de lo que le supondría una victoria para la que no está preparado, ha bajado la guardia y prefiere la colaboración con el poder antes que el poder mismo.

Las diferencias ideológicas entre los tres candidatos son las clásicas. Lo que ocurre es que el espacio de centro ocupado por Zedillo pierde credibilidad cuando se asocia al PRI, un grupo de familias que actúan como grupos de intereses dentro de un partido de Estado, uno de los pocos que quedan ya en el mundo. Cárdenas representa a la izquierda clásica y Fernández de Cevallos a la derecha católica. Económicamente no difieren mucho, pero en opinión de algunos expertos, el programa de Cárdenas dispararía la inflación y el de Fernández de Cevallos crearía recelos con el empresariado, dados sus enfrentamientos con este sector. Zedillo representaría la continuidad del ajuste de Salinas. producir sospechas y acusaciones de maquillaje.

Al frente de la polémica se ha situado Francisco de Legarreta, el presidente de los pequeños empresarios, quien asegura que el Gobierno falsea las cifras con motivos electorales y que son incongruentes con el aumento del paro y las quiebras de empresas, que vive el país.

En los dos últimos anos, unas 7.500 pequeñas empresas se han visto obligadas a cerrar sus puertas por la apertura comercial y la entrada en vigor del' Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE UU y Canadá. El paro y el subempleo se extienden. El Consejo Inversor Mexicano calcula que casi 40 millones de mexicanos (de una población que ronda los 85 millones) son pobres. De ellos, 15 millones son "extremadamente po-. bres", con ingresos equivalentes a los de Ruanda o Somalia.

Quizá porque el enfrentamiento electoral de hoy es el más reñido de la historia de la República, el Gobierno se ha visto obligado a reaccionar. Eso y el levantamiento de Chiapas, según fuentes oficiales, han forzado al Ejecutivo a variar sus planes económicos. Las mismas fuentes reconocen que se decidió aumentar el gasto social y la inversión pública tras la rebelión indígena del 1 de enero. "Chiapas nos obligó a cambiar el calendario; la sociedad exigía más gasto social", aseguran.

El coste de estas medidas no ha sido pequeño. Cuando el lunes pasado la Secretaría de Hacienda dio a conocer la evolución de las cuentas públicas,. la magnitud del esfuerzo quedó a la vista. El superávit público había descendido un 60% en los primeros seis meses de este año.

Sin embargo, el gesto parece llegar tarde. Años de empobrecimiento sistemático, con una inflación que llegó al 160% en los primeros anos del actual mandato presidencial, han acabado por crear una dualidad en el país muy difícil de soportar para amplias capas. Durante esos años, México sufrió un "deterioro", reconocen las fuentes oficiales consultadas. "Los que tuvieron capacidad de especular, lo hicieron y ganaron", dicen, a modo de excusa.

El resto perdió. En 1982, el 37% de la economía mexicana se repartía en forma de salarios. Hoy, los sueldos se llevan apenas el 25,8%. Y no parece que los comicios de hoy puedan cambiar esa tendencia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_