Destino: Carola Quintana. Barcelona. Remite: Alfredo. Menorca.

Una langosta parece emerger de la caldereta. Junto al mantel, un letrerito de "Souvenir de Villa Carlos"."Saludos, hermanita, desde la casita de Menorca. Esto es un pequeño paraíso. Lo malo es que las cosas no están saliendo con la otra pareja como pensamos. Clara y Roberto viven tiranizados por sus propios hijos y es un rollo. Yo no sé si es que tienen el síndrome de la paternidad tardía o qué, pero el caso es que sus niños están mimados que da asco. Cada vez que se tropiezan van corriendo a abrazarles y darles besitos. Así que los niños, que ya se lo saben, se tiran en plancha.

No hemos cenado ni una noche los cuatro solos, porque son incapaces de meterles en la cama y dejarles llorar diez minutos. Tienen la teoría de que si lloran les va a quedar un trauma insalvable para el resto de su vida. Y espérate, que no te he dicho lo del embarazo. Ella está sólo ' de dos meses y él ya le da al feto clases de aritmética en. la barriga. Dice que es un método americano para que el niño nazca sabiendo trigonometría. A uno le apetecería hacer algún comentario, pero como el padre tiene un master por la Universidad de San Diego, hay que callarse. Yo, de entrada, no me lo trago, pero vamos: me nace a mí un hijo que, en lugar de llamarme 'papá', me llama 'logaritmo neperiano' y le doy a la adopción.

Begoña está horrorizada preguntándome que de dónde he sacado estos amigos. Ha intentado conversar varias veces con Clara pero, al parecer, los únicos temas que ha conseguido debatir han sido 'la difícil misión de elegir cortinas para el baño' y 'lo poco que Roberto ayuda en la cocina'. Ya sabíamos que no era experta en Unamuno, pero albergábamos más esperanzas. Al menos disfrutamos de nuestros hijos. Nos vemos pronto: Alfredo".