ETA pone un coche bomba en el centro de Bilbao tras tirotear una garita de la Guardia Civil
Los agentes de la Guardia Civil que custodian las instalaciones portuarias del canal de Deusto, en Bilbao, fueron ayer objetivo de un nuevo atentado del comando Vizcaya de ETA. Dos hombres y una mujer dispararon con armas largas sobre las ocho y media de la mañana contra la garita de vigilancia. Abrieron fuego desde unos 400 metros de distancia sin conseguir alcanzar a los dos guardias que se encontraban junto al puesto de centinela. Los terroristas abandonaron en el centro de Bilbao el turismo utilizado en la huida con una carga de explosivos en su interior. Los artificieros de la policía explosionaron el coche bomba después de desalojar los comercios y viviendas de las inmediaciones.
ETA ha intensificado en los últimos días su campana de atentados terroristas en Vizcaya Fuentes de la lucha antiterrorista señalaron ayer que los autores del tiroteo podrían ser los mismos que asesinaron el martes en Bilbao a un albañil en paro con antecedentes policiales por tráfico de drogas a pequeña escala. La policía sospecha que el comando está dirigido por José Luis Martín Carmona, el responsable de la reorganización de ETA en Vizcaya, y que entre sus miembros se encuentra Jon Benzosas, un activista que consiguió huir de un enfrentamiento con la policía en 1990.Los últimos objetivos elegidos por ETA revelan que la red asentada en Vizcaya dispone de poca información. "Las posibilidades de aIcanzar a los guardias que custodiaban las instalaciones de Deusto eran muy escasas", explicaron fuentes policiales. "Estaban muy lejos para acertar en puntos vitales de personas protegidas con chalecos antibalas".
Los terroristas dispararon dos tiros de arma larga (rifle o Cetme, según la policía) desde el barrio de Olabeaga, en la orilla opuesta de la ría del Nervión, a una distancia de unos 400 metros del puesto de vigilancia. Una de las balas impactó en la garita. La policía no encontró los casquillos de la munición empleada.
La banda terrorista, señala Europa Press, ya había atentado contra la misma garita en dos ocasiones anteriores. En mayo de 1986, el comando Orbabeta lanzó granadas que no llegaron a producir víctimas. En mayo de 1991, el comando Vizcaya atentó con un coche bomba, asesinando a un guardia civil y a otra persona que se encontraba en las inmediaciones.
Los tres activistas que participaron ayer en el atentado utilizaron en su huida un Fiat Tipo robado, de color blanco, con matrícula falsa de Santander. El turismo, cargado con cerca de cuatro kilos del explosivo amerital, fue abandonado en la calle Sabino Arana, bajo un puente de la autovía de acceso a Bilbao. Pocos minutos después una llamada a la Asociación de Ayuda en Carretera DYA avisó de la colocación del coche bomba. Los especialistas en desactivación explosionaron sobre las 9.45 el automóvil.
Una llamada telefónica permitió acordonar la zona y desalojar las viviendas y comercios de las calles Sabino Arana y Zankoeta. Los vecinos no tuvieron tiempo para nada. "Estábamos todavía en la cama. Nos hemos echado la ropa encima y hemos salido pitando, ni nos hemos lavado la cara", decía una mujer mayor, que acompañada por su marido esperaba al sol que la policía le permitiera regresar a casa. "Las persianas han quedado subidas. Así que, adiós a los cristales". La explosión controlada sólo causó daños de escasa consideración en los vehículos estacionados junto al que abandonaron los terroristas.
Los vecinos aguardaron durante casi dos horas en la calle formando pequeños grupos. Vestidas con bata y zapatillas, tres mujeres tomaban el primer café del día en un bar de la calle Sabino Arana. Estaban indignadas por la amenaza de ETA y criticaban la reinserción de presos condenados por terrorismo. "Salen de la cárcel y encima son los únicos que encuentran una colocación", decían.
Mientras, en la tarde de ayer se celebraron en la parroquía de Rekalde, en Bilbao, los funerales por José Antonio Díaz Losada, la última víctima mortal de ETA. Díaz Losada, un albañil en paro de 29 años, falleció el martes a consecuencia de un disparo de revólver recibido en la cara. Desde 1988 había sido detenido en cinco ocasiones por delitos de tráfico de drogas y robos, y había permanecido un año en prisión.
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