Poco y mal repartido

El dinero es el único termómetro posible para medir en estos días la actividad bursátil y el resultado es preocupante. Ayer, se negociaron 17.600 millones de pesetas efectivas, cifra que indica ausencia de intenciones compradoras y, además, la mitad se concentraba en cinco valores, es decir, que el poco dinero que se mueve en el mercado apuesta por la liquidez, término que en este caso es equiparable a la posibilidad de arbitrar entre productos o entre mercados.La sesión comenzó bajo la influencia de la inestabilidad de los mercados de bonos, con un recorte de hasta el 0,76% en el índice de Madrid y un negocio de apenas 7.000 millones de pesetas en las dos primeras horas. La recuperación de los precios de la deuda impuso cierta tranquilidad en todos los mercados europeos, situación que se mantuvo por la tarde cuando el presidente de la Reserva Federal estadounidense filosofé sobre la imposibilidad de tomar decisiones en política económica ante los sesgos que presentan los datos estadísticos. Wall Street logró una subida de 11 puntos ante la evidencia de que la Reserva Federal no va a tomar decisiones.

Al final, la justificación más a mano que encontraban los inversores era la de la publicación del IPC de Julio, dato que se conocerá mañana viernes y del cual parece depender la estrategia inversora de las tres horas siguientes. El índice de Madrid terminó la sesión con un avance del 0,02%, al tiempo que el Ibex 35 conseguía una subida final del 0,05%.