"Soy vasco por haber nacido en Navarra"

Le encanta recorrer el filo de las cosas, pero respeta a quienes no disfrutan al borde del abismo. Por eso, Montxo Armendáriz (Navarra, 1949) retrasa el chupinazo de su próximo e inmediato rodaje, hasta tener a punto la legión de detalles que desfilan por el complicado proceso de hacer una película. Será una adaptación de Historias del Kronen, de José Ángel Mañas, una novela donde ni sumando las edades de autor y personajes da' la sensación de poder superarse la adolescencia. Al antiguo profesor de electrónica, hoy premiado cineasta, le atrae especialmente el mundo de los jóvenes, sobre todo si van de transgresores desde su más tierna e incipiente madurez. Las ocho semanas de rodaje comenzarán un día de agosto y transcurrirán íntegramente en Madrid.

Pregunta. ¿Piensa respetar el lenguaje tan especial de la novela?

Respuesta. Texto literario y relato cinematográfico son dos cosas muy distintas. Mantendré todo lo que me ayude a retratar a los personajes, igual que se rodará en Madrid y habrá quienes reconozcan ciertos escenarios. Pero no será una película localista.

P. Con ese retrato de juventud, ¿saldrán los jóvenes perdiendo o ganando?

R. Pues, la verdad, no lo sé. Yo no pretendo meterme en valoraciones éticas ni morales.

P. Guarda muchas cosas de su época de profesor.

R. Supongo que sí y ya lo demostré con la película 27 horas. Pero los jóvenes son parte importante de la sociedad, son reales, están vivos y el futuro les pertenece. Ocuparán nuestro hueco y harán aquello que nos hayan visto hacer. Para bien o para mal, eso se repite entre una y otra generación.. Esperemos que copien lo más positivo.

P. Aquel profesor, ¿ponía muchos suspensos?

R. No, porque jamás me interesó la dinámica de las notas. Yo prefería medir su esfuerzo, su actitud, la voluntad de aprender. Siempre me gustaron los jóvenes empeñados en entender las cosas.

P. Y de los chicos del Kronen, ¿qué le interesó?

R. Que son muy de hoy, que andan en el límite, aman la transgresión y quieren quitarse de encima un montón de barreras.

P. ¿Alguna vez proyectó hacer de Las cartas de Alou una trilogía?

R. No exactamente. Lo que sí nos hubiera gustado es que diferentes países europeos. incidieran en los problemas de la emigración. No prosperó.

P. ¿Qué dice Elías Querejeta, su productor, cada vez que usted proclama su amor por el riesgo?

R. El cine es riesgo y pasión. Elías lo sabe, como sabe que el marketing no, me interesa, y lo comprende. Siento una irresistible atracción por lo incontrolado y necesito jugarme, cada minuto, algo tan importante como una película.

P. ¡Qué angustia!

R. Debemos ser un poco masoquistas, pero el cine nació gracias a eso. A los padres de este invento siempre se les llamó, locos.

P. Otra de sus pasiones podría ser la India, o Navarra, su tierra natal.

R. En la India sólo estuve una vez, en el 87, y me quedé absolutamente prendado. A Pamplona voy cada dos o tres semanas porque necesito sus olores, su color y su gente. Madrid es útil y necesaria para poder seguir haciendo cine en un momento en que el volumen de producción está por los suelos. Y sé que no me puedo quejar.

P. Ser navarro le hace sentirse muy vasco.

R. Absolutamente. Soy vasco porque nací en Olleta y Navarra es la cuna de Euskadi.