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ETA mantiene cuatro comandos activos tras su reorganización

La banda terrorista ETA, tras la reorganización desarrollada durante el último año, mantiene con operatividad demostrada cuatro comandos: dos en el País Vasco, uno en Barcelona y el grupo de activistas que atentó el viernes en Madrid. La policía sospecha que ETA ha recompuesto la infraestructura a ambos lados de la frontera franco-española y en medios políticos se augura una oleada de atentados para cerrar las vías de agua abiertas en el seno de la izquierda abertzale: tanto en el frente político -tras el descalabro en las europeas-, como en las cárceles, por la política de reinserción del Gobierno.

El aspecto más débil, sin embargo, continúa siendo el de las finanzas. El consejero de Interior del Ejecutivo vasco, Juan María Atutxa, ha afirmado que la banda está "en quiebra técnica", lo que no ha impedido una emergente reestructuración de comandos, según medios policiales.

La policía desconoce la identidad de los tres liberados -dos hombres y una mujer- que componen el comando Vizcaya de ETA. El asesinato el miércoles de José Manuel Olarte, Plomos, a manos de un terrorista joven, puso fin a 10 meses sin muertes en Guipúzcoa y confirma las sospechas policiales de reorganización.

La detención el 28 de abril del responsable del comando Barcelona y ex miembro de la Mesa Nacional de HB, Felipe San Epifanio, Pipe, no ha desmantelado la infraestructura en Cataluña. De hecho la policía, antes del arresto de Pipe, facilitó las identidades del francés Daniel Derguy y la joven Nagore Mujika. Ésta mantuvo el pasado fin de semana un encuentro con miembros de ETA en Burdeos (Francia) que podría estar relacionado con las intenciones de la cúpula etarra en Cataluña.

'Comando Madrid'

Los sucesivos cambios en el comando Madrid han impedido que la policía identifique a los terroristas que componen el grupo, aunque admite que ETA tiene desde hace varios años en la capital de España una estructura "perfectamente establecida", un comando informativo y un número cambiante de liberados.Esta operatividad terrorista coincide con la crisis y debate en HB y con el resquebrajamiento de la unidad del colectivo de presos gracias a la política de dispersión y al ensayo de reinserción, de Juan Alberto Belloch. La policía sospecha que la política de reinserción puede debilitar aún más este frente, e interpreta el atentado de Madrid como una respuesta. Karmelo Landa, de la Mesa Nacional de HB, ha calificado la política del superministro como una "cabalgada de represión" y una "política de castigo" contra los presos. HB admite discrepancias internas sobre la viabilidad de la lucha armada pero su portavoz Floren Aoiz, en una cabriola política, resumía así estas disensiones: "Lo que identifica a quienes estamos en HB es la consideración de que la lucha armada es un instrumento político y un fenómeno político que obedece a una situación de injusticia histórica, y esa injusticia debe tener una solución política".

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