Placer de viajero
Existen pocos, placeres tan intensos como poder romper momentáneamente el deseado aislamiento provocado por unas vacaciones fuera de nuestro país y, durante un espacio de tiempo variable, tomar contacto desde la lejanía con los problemas- sucesos- anécdotas que al parecer siguen aconteciendo en España. Porque, como puede comprobar cualquier viajante veraniego, los miles de kilómetros de separación logran dotar a la realidad de una relajada perspectiva imposible de descubrir cuando uno se encuentra metido en pleno huracán informativo, sujeto a infinidad de circunstancias que tensionan, modifican, subjetivizan y distorsionan los análisis de hechos y noticias.Llevo un mes fuera de mi habitual líquido elemento, sin más contacto con la base de operaciones que las pertinentes y tranquilizadoras llamadas familiares y alguna que otra conversación profesional de menos de cinco minutos de duración de media, que no dan para mucho más que conocer cómo va el tour de Induráin, punto de referencia obligado para unas vacaciones que se precien. En esto, el destino pone en mis manos una explosiva combinación de periódicos y revistas. EL PAÍS, un periódico de izquierdas (según un estudio del sociólogo Amando de Miguel); El Mundo, de derechas, según el mismo estudio; dos revistas supuestamente serias y de información, Camio 16 y Tribuna; una de cachondeo, El Jueves, y. la inevitable del corazón, Diez Minutos. Cualquiera que haya viajado un poco comprenderá mi excitación cuando este cóctel informativo cayó en mi poder. El aislamiento era necesario. Descolgué el teléfono, puse el cartelito de "no molestar " en la puerta de mi habitación, apagué la tele y me dispuse a conocer el estado de aquel enfermo terminal que, según algunos, era España antes del inicio del verano.
La primera duda surgió a la hora de decidir por dónde empezar. Un rápido repaso a las portadas. La de Ten minutes se llevaba la palma. "Bertín es un esclavo del sexo", según su ex mayordomo. ¿A quién le puede interesar una exclusiva de este pelo? Desechada hasta la próxima necesidad fisiológica. La de El Mundo me hizo dudar. La conocía de memoria (algo relacionado con Mariano Rubio), por lo que miré la fecha, no fuera que tuviese un par de meses de antigüedad. Pero no, era reciente. Demasiado espeso como para unas vacaciones, aunque la acusación a dos municipales madrileños por robar el reloj de un motorista muerto en accidente estuvo a punto de inclinarme. Seguro que tenían una coartada espectacular, pero tampoco cuadraba tanta miseria humana como inicio.
- Cambio 16 ofrecía como gancho su colección de soplagaitas del verano. Podía valer, si no fuese porque Chabeli estaba en la primera página, y mi religión no me permite, bajo amenaza de destierro a Miami, cruel destino, leer algo relacionado con un personaje tan absoluta e insultantemente hueco como ella. El anzuelo de Tribuna se centraba en la guerra de faldas dentro del PP para lograr influencias sobre Aznar. Nada más lejos de mi interés. La opción de EL PMS era la más obvia, pero hacerlo no diferenciaría las vacaciones de un día cualquiera del año, por lo que sólo quedaba El Jueves, que abría con la impactante noticia del fichaje de Maracoca por Farmacia de guardia.Genial.
Una a una fueron cayendo. Dos horas de auténtica delicia. Descubro que hay 34.569, parados menos, mientras que Marta Sánchez, jamona nacional, sufre de pasión veraniega. Observo que Nicolás Redondo tiene que declarar largo y tendido sobre la PSV, mientras que las corridas de toros se convierten en un problema de conciencia para la Comunidad de Madrid y Rocío Jurado consigue la nulidad matrimonial (gran duda: además de la gente rica, famosa, o las dos cosas a la vez, ¿consigue alguien más la nulidad?). Cuando termino la primera y superficial lectura, sin necesidad alguna de mis neuronas, busco algo que me interese realmente, como la captura de Roldán, el encarcelamiento definitivo de algún chorizo, la dimisión de Clemente, la. prohibición gubernativa a Julián Lago para presentar programas de televisión, algún movimiento internacional coherente para frenar la masacre de Ruanda, una salida de tono de Mercedes de la Merced y cosas así, pero no hay nada nuevo. En el fondo me reconforta. Seguro' que están esperando a que volvamos los viajeros. En nombre de todos ellos, agradezco de todo corazón tamaña deferencia.
