Recuerdos de Alcalá
"Ave María Purísima. ¿Qué desea?". "Hola. Quería una jarrita de esas que pone 'Recuerdo de Alcalá de Henares' y una caja de almendras garrapiñadas". Esta con versación se escuchaba ayer en el único sitio donde los turistas podían adquirir un souvenir de la ciudad complutense. La voz sin rostro se oía tras una pequeña puerta giratoria situada en la antesala del convento de las clarisas de San Diego, monjas de clausura. Sólo ellas, un bazar chino y una tienda de artesanía marroquí mantuvieron ayer sus puertas abiertas en la ciudad de Cervantes. ¿Se acogerá Alcalá a la excepción turística que prevé la ley regional? El autobús de línea número 5 recogía a una do cena de pasajeros para trasladarlos hasta las afueras de la ciudad, donde está ubicado el hipermercado Alcampo. Antonio era uno de los usuarios del autobús que "algo tenía entendido" sobre el cierre, pero aun así se acercó a comprar. De peor humor estaba Rosa María, que se desplazó desde el centro de Alcalá en taxi, a pesar de las advertencias del chófer. Su desinformación iba a costarle más de mil pesetas entre la ida y la vuelta. "Y además, sin comprar", decía Rosa María.
A Teresa, que trabaja entre semana, el cierre de ayer le hizo "la pascua", mientras afirmaba no tener nada claro "esto de los cierres". Pero peor le sentó a Juan y María José, que se desplazaron desde Valdilecha, un pueblecito situado a 28 kilómetros del centro comercial.
Eran las 12.30, y en media hora más de un centenar de personas había intentado acceder al centro comercial. Entre ellos, dos colegas de un periódico que excusaron su fallo: "Somos de la sección internacional".
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