Un pase a los mercados
El G-7 pretendía ser el motor del crecimiento y la estabilidad económica de los grandes países industrializados. Ahora, a partir de Napoles, es sencillamente un catalizador, según la expresión acuñada por la delegación norteamericana. Los mercados, esa realidad ingobernable, son quienes han fundido en varias ocasiones el motor (desmantelamiento del Mecanismo de Cambios del Sistema Monetario Europeo en 1993 y actual inestabilidad del dólar, para citar un par de ejemplos), lo que limita la coordinación de los siete grandes a una especie de supervisión política de la estrategia macroeconómica de apertura, reformas laborales y liberalización. El triunfo de los mercados supone, pues, el énfasis en la estrategia de reforma en curso en la mayor parte de los países. La reciente intervención conjunta de la Reserva Federal y los principales bancos centrales para de tener la caída del dólar ha sido ineficaz. La conclusión que han extraído los miembros del G-7 no pudo ser más inmediata: evitar una batalla con los mercados de divisas, concentrarse en aquello que pueden garantizar. De ahí que la cotización del dólar haya estado formalmente ausente en la agenda de Napoles.Si no sobrevienen shocks, que resultaría ocioso vaticinar, la economía de los siete continuará su proceso de recuperación desigual.
El toque a rebato a proseguir la reforma de los mercados laborales, lanzado ahora desde Napoles, afianzará la voluntad de encontrar en ella la tabla de salvación para reducir el paro. Ese, por otra parte, es su principal objetivo: conferir autoridad universal a los intentos de reforma laboral.
Paradójicamente, los actores ausentes en la cita del las reuniones del G7 son los protagonistas, aquellos quienes más cerca se hallan de la percepción de los mercados financieros: Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos; Hans Tietmeyer, del Bundesbank y. sus colegas del resto de los países industrializados. La marcha de la recuperación económica se halla, de facto, en sus manos, ya que son estas personas las que pueden mantener la puerta abierta o cerrarla mediante la utilización de los tipos de interés.
El G-7, como puntualizó en una de las reuniones bilaterales el representante alemán, ha considerado que los mercados están histéricos como para hacer la más mínima referencia a ellos. Los políticos han preferido dar una verónica al toro. Y a partir de mañana, lunes, el toro habrá de reaccionar.
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