Francía y Japón impiden la apertura de una 'Ronda Clinton'

Francia y Japón se opusieron ayer en Nápoles a la apertura de nuevas negociaciones que pretende Estados Unidos para extender radicalmente la abolición de barreras arancelarias a campos no considerados por la Ronda Uruguay, concluída en Marraquesh el pasado mes de abril. Tampoco Alemania y la Comisión Europea ven con buenos ojos este proyecto, que el presidente norteamericano, Bill Clinton, decidió finalmente retirar de las discusiones del G-7 hasta que los 124 países del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) ratifiquen la última ronda citada, que reduce los aranceles en los campos considerados en un 40%.Bill Clinton llegó a Nápoles con su plan Open Markets 2000 (Mercados Abiertos 2000) y lo ha defendido a capa y espada frente a quienes piensan que los tiempos no están maduros para que una nueva ola liberalizadora se abata sobre mercados como el de las telecomunicaciones, el de la biotecnología o el de la propiedad intelectual.

El presidente norteamericano plantea la apertura de una Ronda Clinton, cuando la Ronda Uruguay aún no ha quedado ratificada para crear la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Enel entorno del presidente, se entiende que semejante iniciativa, de cuyo fracaso se culpa exclusivamente a Francia, puede ser decisiva para restablecer la deteriorada imagen de Clinton como líder de la primera potencia y para ganarle la confianza que los mercados no le otorgan.

Pocos apoyos

Hay también países que decían apoyarla. Es el caso de Italia, cuyo primer ministro, Silvio Berlusconi, declaró, en la conferencia de prensa que inauguró la cumbre, que el esfuerzo por eliminar las barreras comerciales debe ser tan permanente como la tendencia de éstas a reproducirse.

Otros miembros del G-7 sostenían, en cambio, que la apertura de nuevas negociaciones podría complicar el proceso de ratificación de la Ronda Uruguay y añadían que las ampliaciones adicionales del tratado deberían abordarse en el marco de la OMC, cuando se constituya.

Francia no participó ayer en la reunión de ministros de Comercio convocada para discutir el- plan de Clinton. Fue una negativa extrema, por parte de un país que tiene como problema las divergencias entre el presidente de la República y el de Gobierno. Por su parte, Japón, padece la debilidad del Gabinete, acentuada ayer debido al hecho fortuito de que su presidente Tomiichi Murayama, contrajera una gastroenteritis y no pudiera asistir a la cumbre por estar hospitalizado.