'Los siete' centran su atención en la economía real
Los líderes de los siete países más ricos, liderados por el presidente Bill Clinton, han hecho un notable esfuerzo por romper con la imagen de desapego con la realidad que arrastraban las cumbres del G-7 y flexibilizar y agilizar el diálogo entre los socios. El ejemplo más claro ha sido la estrategia seguida en lo referente a la inestabilidad del dólar en los mercados. Los siete, especialmente EE UU e Italia -que en esta reunión habla por boca de su socio estadounidense-, han intentado por todos los medios que el declive del billete verde no robara protagonismo al desempleo, la educación, la formación, el crecimiento económico o la mejora de las infraestructuras, temas todos ellos que tradicionalmente no se han tratado en estas reuniones.
"Lo que se debate en el G-7 afecta al americano, el alemán o el italiano en su casa", ha recalcado Clinton en esta cumbre. Para el presidente de EE UU, en el G-7 se ha producido un- importante cambio de actitud. EE UU quiere evitar que la inestabilidad cambiaría obligue a los siete a adoptar "una estrategia en el corto plazo que ponga en peligro el crecimiento en los países del G-7 o en otras partes del mundo".
Pero el intento de resaltar otras cuestiones por encima del dólar ha sido dificil. Sobre todo, porque en los mercados financieros se habían creado grandes expectativas sobre una posible acción común del G-7 para rescatar al billete verde. De ello, han dicho los analistas en los últimos días, depende: el aguante o, por el contrario, la caída libre de la divisa estadounidense.
Sin embargo, los siete han dejado claro que no se someterán a los dictados del mercado, como ha sucedido en anteriores ocasiones. Saben, además, que ahora se enfrentan a un enemigo mucho más poderoso que antaño que cuenta con un volumen de capital, una inmediatez de toma de posiciones y una cantidad de información que prácticamente anula la tapacidad de las autoridades monetarias de impactar los mercados con sus intervenciones. Por ello, están empleando a fondo la retórica de los fundamentos económicos y de vuelta a la economía real. "Lo mejor que podemos hacer para estabilizar el dólar y otras divisas, a la vista del escaso éxito que las recientes intervenciones masivas han tenido en parar la caída de otras monedas, es mandar una señal a los mercados para que sepan que estamos trabajando en los fundamentos económicos, que estamos tratando de reconstruir las economías", ha declarado Clinton. En este mismo sentido se pronunciaron ayer el Reino Unido, Francia y Alemania.
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