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El tiranosaurio rex tenía la sangre caliente, según científicos de EE UU

El hallazgo es el último eslabón en una polémica de 25 años

Si el oxígeno atrapado en los huesos de un esqueleto bien conservado de tiranosaurio rex dice la verdad, este rey de los dinosaurios era probablemente de sangre caliente, capaz de mantener su temperatura corporal al ajustar su metabolismo. Esta es la conclusión a la que han llegado científicos norteamericanos, al estudiar un esqueleto del monstruo prehistórico que alcanzó la cima de popularidad como el más malo de la película Parque Jurásico

El estudio hecho público ayer en la revista Science es el último dato en la polémica sobre si los dinosaurios eran o no de sangre caliente, pero sus autores reconocen que no pondrá fin a la discusión. El ejemplar de tiranosaurio estudiado es un esqueleto muy bien conservado encontrado en 1990 en Montana. Sus huesos- no están totalmente fosilizados por lo que gran parte del fosfato original ha sobrevivido a los 65 millones de años que han transcurrido.El fosfato es un compuesto de fósforo y oxígeno, y el oxígeno -en realidad dos de sus isótopos- puede actuar como un termómetro y dar datos a los científicos sobre la temperatura que reinaba cuando se formó el hueso, siempre que no se hayan producido alteraciones que afecten al oxígeno.

Isótopos de oxígeno

Los científicos, de la universidad estatal de Carolina del Norte, compararon la proporción de los dos isótopos de oxígeno en los huesos del esqueleto con la existente en animales actuales de sangre caliente -como las vacas- y de sangre fría -como el dragón de Komodo-. Encontraron que esta proporción es más parecida, en los huesos de tiranosaurio, a la de un elefante moderno que a la de un gran reptil. Lo que no pueden asegurar los especialistas es que no se hayan producido alteraciones en, el oxígeno por motivos ambientales durante el larguísimo periodo de tiempo transcurrido.Durante más de un siglo, los científicos habían asumido que los dinosaurios eran reptiles y por tanto tenían la sangre más bien fría, aunque los más grandes deberían ser capaces de retener suficiente calor corporal durante la noche para llegar al día siguiente. Algunos reptiles y dinosaurios tenían estructuras en forma de aletas que evidentemente servían como radiadores para disipar el exceso de calor.

Sin embargo, en los años setenta, John Ostrom, de la universidad de Yale, y otros científicos teorizaron que al menos algunos dinosaurios eran capaces de mantener una temperatura constante al ajustar su metabolismo para calentar o enfriar su sangre. Esto, según Ostrom, explicaría por qué algunos dinosaurios eran muy activos y se comportaban más como pájaros o mamíferos que como reptiles.

La teoría de que los dinosaurios tenían la sangre caliente se apoya también en los canales, similares a los de los pájaros, existentes en muchos huesos de dinosaurio, pero muchos científicos rechazan esta hipótesis.

Alan Feduccia, un biólogo de una universidad cercana, de la Chapel Hill, señala: "No existen reptiles modernos comparables en tamaño con los dinosaurios. Además, el clima actual no se puede comparar con él del cretácico, que era mucho más estable, con extremos de temperatura rnenores". Y añade: "Me gusta ría ver los mismos análisis he chos sobre algunos grandes dinosaurios saurópodos (como los diplodocus) del mismo periodo y la misma formación rocosa. Los saurópodos tenían la boca pequeña y es de suponer que no podían comer a la velocidad suficiente para sostener un alto ritmo metabólico y la sangre caliente. Si los análisis resultan iguales, la prueba del oxígeno quedaría anulada. Si los resultados son muy distintos, eso sí querría decir algo

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