Las hectáreas arrasadas en la 'semana negra' de los incendios son ya siete veces más que en todo 1993
El fuego continúa engrosando la lista fúnebre y devorando hectáreas en los bosques del Mediterráneo. Ayer murió la víctima número 20: el bombero forestal Miguel Ángel Sáez Lorente, de 19 años, que el pasado lunes había sufrido graves quemaduras en Millares (Valencia). La semana negra que comenzó el pasado fin de semana se ha convertido en una de las peores catástrofes ecológicas de los últimos años y añade a estas 20 víctimas mortales la destrucción de casi 110.000 hectáreas, unas siete veces más que en todo el año pasado (15.889 hectáreas), según las cifras provisionales del Icona.
Los gobiernos autonómicos elevan el cómputo de la superficie destruida esta semana a 145.000 hectáreas. El descenso de las temperaturas permitió controlar ayer la mayoría de los incendios en Andalucía, Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña y Aragón. No obstante, las brigadas antiincendios continúan las tareas de extinción y control en Requena y Millares (Valencia), sierra de Mariola (Alicante), Pina de Montalgrau (Castellón), Moratalla (Murcia), parque natural de la sierra de las Nieves (Málaga), sierra de Cázulas y los Guájares (Granada), comarca del Bages y el Berguedá, y Mont-Ral (Tarragona).La dimensión de la catástrofe queda reflejada en estas cifras: en lo que va de año ya se han registrado 34 grandes incendios -los que afectan a una superficie superior a las 500 hectáreas- y se han destruido 157.000 hectáreas, según el Icona, mientras que, globalmente, en los últimos cuatro años sólo se produjeron 15 grandes incendios y fueron arrasadas 148.000 hectáreas. De las 157.000 hectáreas quemadas en casi 3.000 incendios en lo que va de año, 70.000 son arboladas y 87.000 no arboladas.
Tres detenidos
Hasta el momento han sido detenidos tres presuntos pirómanos: M. A. F., de 40 años, supuesto responsable del incendio de la sierra de las Nieves (Málaga); F. H. T., acusado del incendio en Es Mercadal (Menorca), y Joaquim A. C., que fue arrestado en Vic (Barcelona).
En el hospital de la Fe de Valencia falleció ayer el bombero Miguel Ángel Sáez Lorente, gravemente herido el lunes. El estado de Sáez se agravó por la mañana al sufrir un "fracaso multiorgánico", según fuentes del centro. Otro herido en la Comunidad Valenciana, Justo Artés, de 64 años, está muy grave.
Con la excepción del de Requena, la Generalitat Valenciana anunció ayer el control de los incendios, que han afectado en una semana a 100.000 hectáreas, si bien la superficie arrasada es de 42.000. El presidente valenciano, Joan Lerma, calificó la situación de catástrofe de "dimensiones desconocidas" hasta ahora.
Uno de los focos del fuego situados en la zona norte de Castellón amenazaba ayer con proseguir su avance hacia Teruel, mientras el resto del frente permanecía controlado. Las llamas han destruido 16.000, hectáreas de la sierra del Maestrazgo.
En Murcia, el incendio iniciado el lunes en la comarca del Noroeste, el pulmón verde de la región, ha sido el mayor desastre ecológico de la comunidad, según la presidenta autonómica, María Antonia Martínez. Cerca de 30.000 hectáreas han sido quemadas, ante la impotencia colectiva para atender a más de un centenar de kilómetros de perímetro del fuego. El incendio puede convertirse en el mayor de los ocurridos en toda España.
En las comarcas barcelonesas del Bages y el Berguedá, en pleno corazón de Cataluña, bomberos, voluntarios y fuerzas de seguridad lograron controlar el gran incendio que desde el lunes pasado ha devastado casi 30.000 hectáreas de bosques y cultivos.
En Andalucía, donde ya han ardido 8.000 hectáreas, continúa activo el de la sierra de los Guájares (Granada), que ha afectado a más de 3.000 hectáreas. Anoche quedó controlado el de la sierra de las Nieves (Málaga).
La Comisión Europea ha concedido una ayuda urgente de 80 millones de pesetas a las familias de los fallecidos y de los heridos. En Barcelona, la Guardia Civil investiga la existencia de un grupo de timadores que aprovechaban la situación para vender boletos de 3.500 pesetas supuestamente destinados a la lucha contra el fuego. También se investiga a otros timadores que pedían a empresarios 25.000 pesetas para una falsa revista de bomberos.
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