La tregua descontrola la carrera
El inglés Yates, cuarto líder de la ronda francesa en seis etapas
El Tour discurre alocado bajo la mirada complaciente de Induráin y Rominger. Un inglés, Boardman, que pierde el jersei amarillo cuando la carrera va a entrar en su país, otro, Yates, y ya no hay más en el Tour 94, que lo coge a la salida de Inglaterra, dos compañeros de equipo que se disputan el primer puesto, LeMond que se retira, modestos como Cabello y Minali que ganan... Y a todo esto va Bortolami, uno de los escuderos de Rominger en el llano, y sorprende a todos ayer en un derroche de energías. Tal alboroto ha conducido a que cuatro corredores se hayan vestido ya de amarillo después de seis etapas.La etapa de ayer fue la- más larga del Tour, 270 kilómetros. Así que, para empezar, tranquilidad absoluta y ritmo de cicloturista. El itinerario transcurría, además, por un escenario que obligaba a la contemplación: a la izquierda, la playa de Utah, con,
sus fortificaciones, chatarras bélicas y monolitos recordando el desembarco; enfrente, el pueblo de Sainte-Mere-Eglise, con su paracaidista colgado del campanario de la iglesia.
La carrera comenzó realmente tras el paso por todos estos parajes. Una meta volante especial, con premio de 500.000 pesetas a repartir entre los tres primeros, fue la encargada de dar el pistoletazo de salida. Museeuw (GBMG), líder en la tercera etapa, comenzó ahí su renta de bonificaciones para arrebatar a Vanzella, su propio compañero de equipo, el jersei amarillo que, a su vez, se lo había quitado al día siguiente.
Cuatro segundos de aquí y seis de allá permitieron a Museeuw recuperar virtualmente el primer puesto en la general. Eso, siempre que controlase después la carreta, lo que no hizo. Tanta lucha fraternal lo impidió y entre salto y salto ante la proximidad de la meta, surgió la escapada buena.
Quince kilómetros fueron suficientes para abrir hueco y luego mantenerlo. La llegada de este grupo, del que se escapó Bortolami para vencer -"con Abduyapárov en el grupo, o me iba o me paraba, porque llegando con él no había nada que hacer, así que me fui"- deja a seis corredores atrapados en una diferencia de seis segundos, es decir, a tiro de la simple bonificación que se obtiene pasando primero por una meta volante. Yates fue el designado para ser líder a sus 34 años, después de decidiera su participación en el Tour porque pasaba por Inglaterra, hecho que le hizo competir sin reservas los primeros días para intentar lo mismo que Boardman, ser líder en su país. La recompensa le llegó un día tarde.
Tras este grupo de ciclistas que comanda Yates y que persiguen una efímera gloria, el aúntentico aspirante a relevarlos en el primer puesto, Induráin. Luego, De las Cuevas, un candidato al podio, y Rominger. Mientras la lucha no vaya con ellos, permanecen tranquilos,, aunque en los últimos kilómetros de cada etapa les lleven a mil por hora.
Lo que se vio en la etapa de ayer, como confirmó el propio Bortolami, es el superequipo para las etapas llanas que se está formando en torno a Rominger para el próximo año, a consecuencia de la fusión con el GB, donde militan Museeuw y Vanzella.
Mientras, su equipo trató de zanjar sus dolencias con un comunicado: "Rominger sufre desde hace dos días una pequeña dolencia en su rodilla derecha, denominada bursitis. En un principio se pensaba que podía haber sido a causa del frío, pero después de haber sido explorado profundamente por el médico del equipo, se ha descartado esa posibilidad. Esta dolencia carece de gravedad y no impide el perfecto rendimiento del ciclista en carrera". Un detalle: la rodilla afectada de Tony Rominger era, hasta antes del comunicado, la izquierda.
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