IU tendrá la presidencia de la Cámara andaluza sin el apoyo socialista

Izquierda Unida presidirá el Parlamento de Andalucía sin el voto favorable del PSOE. Ni la coalición de izquierdas ni el PP aceptaron ayer que los socialistas ocuparan la vicepresidencia primera de la Cámara, y el PSOE, en minoría frente a estos dos grupos, se mantuvo al margen del acuerdo. El PSOE podría abstenerse hoy en la votación que designará a Diego Valderas como presidente del Parlamento a cambio de que IU se abstenga también en una de las sesiones de investidura de Manuel Chaves como jefe del Ejecutivo regional.

A pocas horas de constituirse formalmente el nuevo Parlamento de Andalucía (hoy a las 12.00 horas) las cuatro fuerzas con reresentación en la Cámara -PSOE, PP, IU-Los Verdes y Poder Andaluz- sólo se pusieron de acuerdo en el reparto proporcional de la titularidad de las comisiones parlamentarias, así como en que la presidencia de la comisión de Control de la Radio Televisión de Andalucía y la de Hacienda y Presupuestos recaigan en un partido de la oposición, en este caso en el PP.No obstante, el Partido Popular e IU se mostraron favorables, en contra del PSOE, a que la vicepresidencia del Parlamento la ocupe el popular Jesús Mancha; la segunda vicepresidencia, un diputado del PSOE, y que Poder Andaluz obtenga una vocalía. El presidente del grupo parlamentario socialista, José Caballos, dijo al cierre de esta edición que ni IU ni el PP habían atendido ninguna de las propuestas de composición de la Mesa que, con la autoridad que le da ser el partido más votado, plantearon. Los socialistas querían para su grupo la vicepresidencia primera.

Pese al malestar del PSOE, Caballos añadió que no estaba en condiciones de asegurar que su grupo votaría en contra de la designación de Valderas -alcalde de Bollullos Par del Condado (Huelva)-, ya que este extremo debía ser estudiado en la noche de ayer por una delegación de su partido. Lo que finalmente decidirá a los socialistas a abstenerse hoy en la votación que dará la presidencia del Parlamento a IU es el compromiso, o al menos la posibilidad, de que la federación de izquierdas se abstenga en la tercera votación de investidura de Manuel Chaves como jefe del Ejecutivo regional. Hasta ahora, el coordinador regional de IU, Luis Carlos Rejón, se había cerrado en banda a facilitar la investidura de Chaves. Ayer, en el entorno de Rejón, se aseguraba que la coalición no le haría pasar un calvario a los socialistas ya que, de mantener su voto en contra en la sucesivas votaciones, el nuevo Gobierno regional no podría constituirse hasta agotar todos los plazos legales, allá por el mes de octubre.

Esta posibilidad obligó ayer a Caballos a mantener una postura de prudencia y pese a manifestar su desacuerdo, se negó a hacer ninguna valoración condenatoria en exceso. "Si se quiere buscar un consenso entre reuniones a cuatro, no pueden ser pactadas antes entre PP e IU, pero no es el momento de hacer ninguna valoración en contra", señaló el socialista.

Equilibrios

El tono del flamante portavoz del grupo parlamentario contrastó sobremanera con el que utilizó el pasado viernes, cuando acusó a la coalición que dirige Luis Carlos Rejón de "esquizofrenia" política al querer pactar con los conservadores la presidencia de la Mesa y con ellos, acuerdos programáticos.Asimismo, Caballos declaró que el PSOE sigue interesado en llegar a acuerdos para equilibrar los órganos del Parlamento.

Tanto IU como PP señalaron que el PSOE no ha querido aceptar la nueva mayoría que han impuesto las urnas en la comunidad autónoma. En virtud del acuerdo al que han llegado estas dos fuerzas, antes del 15 de julio estará renovado por completo el consejo de administración de la televisión pública regional y se celebrarán debates en la Cámara andaluza, asuntos con los que no está de acuerdo el partido socialista.

La ambigüedad que ha mantenido IU en sus negociaciones tanto con el PSOE como con el PP se explica en la dificil tesitura en la que se encuentra Luis Carlos Rejón. Por un lado, el coordinador regional tiene que enfrentarse a los que le echan en cara un pacto con la derecha, aunque sea sin contenido político alguno; y por otro, a los que se oponen frontalmente, a dar cobertura a aquellos que en la pasada campaña le llamaban neoestalinista.