Una barbaridad inexplicable
La noticia del asesinato de Andrés Escobar sonó como un despertador entre los somnolientos miembros de la expedición española. La mayoría se enteró de lo sucedido en el camino que separa la habitación del restaurante donde se sirve el desayundo. Los periodistas aguardaban allí para tomar las primeras reacciones.Angel María Villar, presidente de la federación española, había acabado justamente su habitual sesión física de la mañana, la carrera de cada día, cuando un periodista de este diario le informó al respecto. Paralizado, consternado, Villar declaró: "Es muy lamentable. No se puede confundir el deporte con estas cosas, y llegar a este tipo de barbaridades. Transmito desde aquí el pésame a la familia del jugador y a la federación colombiana". Y, al ser preguntado por las posibles decisiones que pueda tomar la FIFA y la organización de la Copa del Mundo-94, respondió: "Supongo que habrá alguna". La forma cómo se expresará el pésame es por el momento una incógnita, aunque se aseguraba que un minuto de silencio antes de los partidos en juego podía ser una buena alternativa.
La FIFA, precisamente, en una nota oficial, se mostró horrorizada por la muerte: "Nuestros sentimientos más profundos están con su familia y con todos aquellos que amaban su juego elegante. Deploramos la violencia que se ha cobrado la vida de este joven talento".
El presidente de Colombia, César Gaviriá, se mostró en los mismos términos: "Se trata de una pérdida que enluta al país y que nos llena de dolor". La conmoción en Colombia fue absoluta y llevó a todos los medios informatide comunicación a ofrecer una información exhaustiva.
El asesinato del zaguero colombiano, en cambio, no ocupó en los informativos de la televisión estadounidense ningún espacio destacable. La CNN reprodujo, mientras comentaba la noticia, la jugada desdichada del dorsal número 2 del equipo colombiano.
Pese a que los jugadores españoles no hablan el día en que hay partido de su equipo, José Maria Bakero, uno de los capitanes, señaló: "Me he quedado de piedra. Las personas racionales no encuentran explicación a hechos como éste. Lamentable..."
"Es un hecho gravísimo, no tiene sentido alguno", dijo Arrigo Sacchi, seleccionador italiano.
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