UN BASURAL POR 75 MILLONES.
El último solar vacío de la calle de Bailén pudo ser una vaquería. Con ese fin, el Ayuntamiento expropió los terrenos (160 metros cuadrados) a principios de siglo. Pero nunca llegó a ser más que un criadero de cardos. En noviembre de 1992, un inmigrante la utilizó como domicilio. Ayer, el pleno lo vendió por 75 millones a la empresa Coval, que pujó más que otras dos firmas. Se construirá un bloque de apartamentos de cuatro alturas.
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