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"Bueno, yo, una comisioncita"

Para ser una "comisioncita" no estaba mal: "Le pides dos millones de pelas o tres de lo que quieras", insinuó Eduardo Zaplana, el presidente regional del Partido Popular (PP) valenciano, según recogen las diligencias del caso Naseiro. El pasado lunes, Zaplana debió de recordar esa desafortunada conversación telefónica mantenida en 1990 con Salvador Palop, entonces concejal popular en Valencia. La memoria se la refrescó Vicente Sariz, presidente provincial del PP en Valencia, a quien Zaplana tuvo que destituir por decir que está en política para "forrarse".Las desacertadas palabras de Sanz, quien diseñaba un pelotazo final para asegurarse la tranquilidad de su jubilación, le han sacado de la política. En cambio, Eduardo Zaplana, cuya conversación cazó el juez Manglano en 1990, fue elegido semanas después presidente del partido en Alicante y, hace unos meses, presidente regional. Es el mismo hombre que en 1990 decía: "Estoy trabajando mucho, pero estoy arruinado". La quiebra económica tenía su explicación: "Me lo gasto todo en política".

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Salvador Palop telefoneó a Eduardo Zaplana a las 13.22 del 11 de febrero de 1990. La policía escuchó entonces a Zaplana: "Voy a ver si hago unas cosas con la Expo... Voy a ver, ahora que han echado a Juan Guerra, voy a ver si lo sustituyo".

Lo de la "comisioncita" vino después, y Palop respondió: "Si tenemos que repartir, macho... tenemos que pedirle un poco más". Zaplana asintió: "Claro, un poquito más. Yo es que no sé ni lo que vale el solar ni nada". El máximo dirigente del PP valenciano tenía sus planes: "Lo que te dé, y me das la mitad bajo mano". Javier Sánchez Lázaro era la persona a quien iban a pedir la comisión por la compraventa de un solar. La cinta no tuvo mayor trascendencia judicial.

Cuatro años después, Vicente Sanz ha sido destituido. Mientras, Eduardo Zaplana, quien en 1990 "tenía que ganar mucho dinero para vivir", y aspiraba a comprar un "Vectra de 16 válvulas", sigue "trabajando mucho". Ahora lo hace para sentarse algún día en el Ford Scorpio asignado a la Presidencia de la Generalitat valenciana.

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