Un policía y un atracador mueren en el asalto a un banco en Alicante

Los tres atracadores que ayer asaltaron un banco en Alicante poseían armas y munición suficiente "para iniciar una guerra" según un agente. En el salvaje tiroteo perdió la vida el subins- pector José María Gómez Galán, de 45 años, y otros dos policías sufrieron heridas graves. Uno de los atracadores, Luciano Baresi, de origen italiano y nacionalidad francesa, también murió.

Los otros dos asaltantes fueron detenidos tras una espectacular persecución y se hallan hospitalizados, uno de ellos en estado muy grave.A las 13.45 de ayer dos hombres entraron en la sucursal de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) sita en la confluencia de la calle de Orión con la plaza de La Viña, en el barrio de La Florida. El tercer atracador se quedó en la puerta para vigilar. En ese momento había 15 clientes en la entidad bancaria, entre ellos cuatro niños. Los asaltantes llegaron en un Fiat Uno robado.

Los tres hombres iban bien trajeados, y nadie sospechó nada hasta que sacaron las armas. Dirigieron el robo por señas, sin pronunciar una sola palabra. Para conseguir un botín de unos seis millones de pesetas tuvieron que esperar 20 minutos porque la caja fuerte tiene un dispositivo de apertura retardada. Los delincuentes también se interesarón por el cajero automático. Mientras uno de los asaltantes controlaba a los clientes con una pistola, otro amenazaba a los empleados. La banda llevaba un fusilame trallador, una metralleta, una escopeta, dos pistolas, un revólver, dos granadas de mano y dos botes de humo.

Una mujer vio desde la calle algo sospechoso y corrió a un bar cercano para dar la alerta. Inmediatamente, una patrulla de la policía se encaminó a la entidad mientras solicitaba refuerzos por radio. Al llegar a la esquina, sus tres componentes -un subinspector de paisano y dos agentes uniformados- fueron recibidos por una ráfaga de disparos a media altura -lanzada por el atracador que guardaba la puerta. Los policías nacionales, apoyados por varios efectivos municipales, respondieron a la agresión y se inició un intenso tiroteo.

Fuego cruzado

Segundos después, los otros dos miembros de la banda salieron para sumarse al fuego cruzado. Siguieron instantes de mucha confusión, según fuentes policiales. En esos momentos el subinspector José María Galán fue alcanzado por varios impactos en el pecho y murió cuando era trasladado al hospital General. El policía fallecido estaba casado y tenía dos hijos.Uno de los delincuentes, Luciano Baresi, de 30 años y origen italiano, pero con pasaporte francés, quedó también tendido en el suelo y murió allí mismo. Sus dos compinches salieron huyendo sin dejar de apretar sus gatillos. Los atracadores han sido identificados como Robert Leconte, de 26 años, y Johnny de Marie, de 28.

La policía investiga si esas identidades son verdaderas o falsas. Baresi llevaba consigo un segundo carné falso en el que figuraba como miembro de la Policía francesa. Asimismo, las fuerzas de seguridad indagan si los asaltantes pertenecen a un grupo mafioso con posibles causas pendientes en otros países.

Uno de los asaltantes, en su huida, se adentró en el bar Chantillí. Según la dependienta de una panadería próxima al local, el delincuente era "grande y gordo, llevaba la ropa manchada de sangre y disparaba". En el interior del bar se encontraban el propietario y sus, hijos, que consiguieron reducirle cuando intentaba recargar su arma. La policía lo detuvo en el propio establecimiento. Mientras tanto, el tercero intentó cruzar la plaza, pero. recibió un balazo y fue detenido. Ambos delincuentes quedaron ingresados en el hospital alicantino de San Juan.

Otros dos agentes resultaron heridos en el tiroteo. Se trata de Francisco Córcoles Rubio, de 59 años, y José Manuel Martínez Fuentes, de 60, que permanecen en el hospital General. uno de los agentes se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos, aunque no se teme por su vida pese a la gravedad de sus impactos en el abdomen.

El gobernador civil de Alicante, Antonio Calvé, informó en la tarde de ayer que en un registro realizado en un bungaló de la localidad de Santa Pola alquilado por los atracadores se había intervenido abundante documentación falsa y una cantidad indeterminada de dinero.