Parretti anuncia una primera victoria judicial contra el Crédit Lyonnais
Giancarlo Parretti, el controvertido financiero con problemas judiciales en numerosos países como España, Francia, Estados Unidos e Italia, afirmó ayer, en una conferencia de prensa celebrada en Roma, haber ganado la primera batalla de la guerra que le enfrenta al Crédit Lyonnais.Un tribunal francés acaba de invalidar, según Parretti, el decreto de 1990 por el que el Gobierno galo le impidió comprar Pathé France. El ex camarero que ha pasado los últimos cuatro años defendiéndose de unas investigaciones que actualmente afectan a 12 de sus empresas, con cargos como falsificación contable, evasión fiscal y movimientos internacionales ilegales de capitales, asegura que el tribunal francés ha considerado un "abuso de poder" la decisión adoptada por el ex primer ministro Pierre Bérégovoy en atención a los "gravísimos antecedentes penales" de Giancarlo Parretti.
Esa sentencia gala debería condicionar el veredicto que el Tribunal Supremo de Los Angeles ha de pronunciar sobre una cuantiosa demanda de daños y perjuicios interpuesta por Parretti contra el Crédit, según estimó ayer el demandante, que dijo no querer "venganza" y se declaró dispuestos a negociar tanto con el citado banco francés como con las autoridades galas que, en su opinión, tendrán que indemnizarle igualmente por el "abuso de poder" cometido contra su persona.
Parretti fue privado del control de la Metro Golding Mayer (MGM) por el Crédit Lyonnais, que había financiado su asalto a la multinacional cinematográfica norteamericana. Pathé fue la sociedad instrumental de la que se sirvió Parretti para comprar la MGM.
Los problemas del financiero italiano, que desarrolló sus negocios sobre la base de flujos e intercambios de participaciones entre sociedades de Roma y Sicilia, comenzaron, sin embargo, en España. En 1988, Parretti tuvo que vender, en efecto, su distribuidora cinematográfica, Cannon, para pagar las deudas de la inmobiliaria española Renta. También tuvo que satisfacer en España una multa por evasión fiscal y violación de la ley de cambios.
Parretti tuvo, además, problemas con el grupo Meliá, que llegó a controlar, y por el que luego ha sido demandado en Italia debido al incumplimiento de obligaciones.
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