Me llamo Marie-Ange
Hace 43 años que me llamo Marie-Ange, y me gusta. Mi padre es francés, mi madre polaca, yo vivo ya hace 25 años en España, y me gusta. Pero lo que no me gusta es que, al intentar renovar mi DNI y de acuerdo con el artículo 54 de la Ley de Registro Civil y 192 del Reglamento de dicho registro, deba renunciar al nombre con el que mis padres me bautizaron con tanta ilusión.No me gusta que, tras seis meses de pesquisas policiacas para comprobar que soy la hija de mi madre, y poder renovar dicho documento, se me comunique que tengo que escoger entre María Anxela, María Ángela o Miren Gotzone.
Lo que más me gusta de cumplir años es que, con el tiempo, uno no sólo va aprendiendo a identificar lo que no quiere, sino que, en algunas ocasiones como ésta, incluso sabe exactamente lo que quiere; y yo sé que, después de 43 años, me sigue gustando mi nombre y me sigo queriendo llamar Marie-Ange.-