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El Estado lleva cuatro meses sin pagar la pensión de 9.000 pesetas a la hija de Lucrecia, según su tío

"No queremos negros en España". Ésa fue la única explicación que dieron unos descoñocidos que cinco días antes del asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez apedrearon las ruinas de la discoteca Four Rosesde Aravaca. Marisa Salomé de León, una de las mujeres que convivían con Lucrecia, declaró ayer en el juicio que sorprendió a los desconocidos el domingo anterior al crimen y que, después de éste, sospechó que en ambas ocasiones se trataba de lasmismas personas. La noche del asesinato vio a cuatro hombres "con las caras cubiertas". Luis, el hermano de Lucrecia, se quejó de que el Estado español lleve cuatro meses sin abonar la pensión de 9.000 pesetas a su sobrina Kenia, hija de Lucrecia.

El venezolano Wilfredo López, que el 13 de noviembre de 1992 también residía en Four Roses, facilitó detalles sobre las condiciones de habitabilidad y luz que había en la vieja discoteca. Esa noche, al escuchar las detonaciones, no tuvo duda de lo que las había causado: "¡Han sido tiros!", gritó a sus compañeros de habitáculo. Después, corrió a dar aviso al cuartel de la Guardia Civil de Aravaca.López aseguró que dentro de la discoteca había bastante claridad gracias a las farolas del alumbrado público. Este dato contradice lo manifestado la semana pasada por los procesados, quienes intentaron convencer al tribunal de que huyeron asustados por la oscuridad reinante en el inmueble.

En un momento de la vista oral, el presidente del tribunal sufrió un lapsus lingüístico que originó un incidente verbal con el abogado del Estado, al referirse a éste como representante de la "responsabilidad civil". El letrado protestó por entender que eso suponía "un anticipo del fallo" sobre la posibilidad de que el Estado sea declarado responsable civil subsidiario del crimen si se prueba la culpabilidad del guardia civil Luis Merino, presunto autor de los disparos.

Luis Pérez Matos, hermano de Lucrecia, relató que ésta sólo llevaba 27 días en España cuando fue asesinada. Explicó que Lucrecia se fue a vivir al "tinte" (casa ruinosa) de Four Roses porque había sido despedida de su trabajo tras sufrir una fuerte jaqueca. Dijo que en las proximidades había otro "tinte", concretamente en un inmueble perteneciente a Renault, confirmando así lo expuesto la semana pasada por uno de los procesados.

Pérez confirmó que su hermana tenía previsto entrevistarse al día siguiente de su muerte con una señora que le había ofrecido empleo. Se quejó de que el Estado sólo pague a Kenia -la única hija de Lucrecia- "una pensión de porquería", cifrada en 9.000 pesetas. Y añadió que no recibe esta cantidad desde hace cuatro meses, sin que conozca los motivos de esta demora. En los pasillos de la Audiencia Provincial de Madrid expresó su deseo de que "los asesinos se mueran en prisión".Silencio materno

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El último testimonio de la vista oral fue el prestado por Monserrat Bravo, la madre del procesado Felipe Carlos Martín, que se negó a contestar a la práctica totalidad de las preguntas formuladas por el abogado acusador Jaime Sanz de Bremond. Por ejemplo, no quiso responder a si su hijo fue detenido por intentar pinchar a un marroquí en Torrelodones, una semana después del asesinato de Four Roses. O si el joven fue expulsado del instituto "por dar una paliza" a un profesor judío. O si el chico solía ir a la plaza de los Cubos, habitual punto de reunión de nazis y cabezas rapadas.

Bravo señaló que las ballestas y pistolas de avancarga que fueron intervenidas en su domicilio por la Guardia Civil procedían de una antigua fábrica de su propiedad, que cerró en el año 1979. En cambio, se negó a responder cualquier cuestión relativa a las porras y a las banderas nazis halladas en su domicilio.

Antes de abandonar el estrado, el presidente de la sala comunicó a Monserrat Bravo que a partir de ahora, tras haber prestado ya declaración, puede entrar en la sala de vistas sin problemas. En jornadas anteriores, el magistrado tuvo que obligar a la mujer a salir al pasillo para que no escuchara las declaraciones de los demás testigos.

La vista oral por el primer caso de asesinato racista ocurrido en España continuará hoy con la declaración de varios testigos, tras lo que el juicio entrará en la fase de pruebas testificales con el interrogatorio de los peritos de balística y otros guardias civiles.

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